Transcurre el mes de abril del año 1521 d.C. Un joven monje de la orden monacal de los agustinos ha sido convocado a comparecer ante un augusto grupo de hombres que incluye desde el emperador hasta lores y duques del ámbito político, obispos, arzobispos y prelados de la Iglesia de Roma.
Un oficial se pone en pie. Señalando hacia una pila de unos veinte libros y una colección de panfletos, le formula dos preguntas vitales: ¿Es usted el autor de estas obras? ¿Está dispuesto a retractarse de su contenido?
El joven monje se levanta y responde afirmativamente a la primera pregunta.