George Lawson
Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra;
pero con los humildes está la sabiduría (Proverbios 11:2).
El contraste entre las dos partes de este versículo nos revela su significado: la soberbia va unida a la insensatez y tiene por fin la deshonra. El humilde es sabio, y será exaltado y gozará de honra.
La soberbia consiste en un amor propio exagerado, y sitúa su felicidad en el aprecio y el honor que otros puedan darle. Ningún pecado es más necio que este; nace de no conocer ni a Dios, ni a uno mismo, ni a los demás hombres, y a través de los mismos medios que utiliza para alcanzar sus fines se asegura el fracaso.
George Lawson
Los labios mentirosos son abominación al Señor,
pero los que obran fielmente son su deleite (Pr. 12:22).
¡Qué terrible es ser abominación al Señor, cuya “misericordia es mejor que la vida […]” (Sal. 63:3) y cuya ira es peor que la muerte más vil! ¿De qué nos serviría obtener los mayores beneficios o ganarnos el favor del príncipe más poderoso por medio de un método que va a acarrearnos la indignación de Aquel que ha de juzgar a todos los hombres?
George Lawson
Donde no hay buen consejo, el pueblo cae, pero en la abundancia de consejeros está la victoria (Proverbios 11:14).
En lo que se refiere a nuestras preocupaciones particulares, es peligroso confiar en la propia sabiduría, por lo que debemos tratar de buscar el consejo de amigos sabios y fieles para cualquier cuestión importante de la vida. Pero en asuntos de Estado, la desgracia pública será la consecuencia inevitable cuando el soberano no es lo bastante sabio para apreciar la necesidad de pedir consejo a los sabios y seguirlo. Y si pide el consejo de los sabios, y a pesar de todo sigue el de los necios, no es mejor que Roboam, que por conducirse de esta forma dividió su reino y, de no haber sido por la bondad y la fidelidad de Dios hacia David al reservar dos tribus para su nieto, lo habría perdido por completo.
George Lawson
Honra al SEÑOR con tus bienes y con las primicias de todos tus frutos; entonces tus graneros se llenarán con abundancia y tus lagares rebosarán de mosto (Proverbios 3:9-10).
Los bienes terrenales son necesarios para nuestro cuerpo, pero somos llamados a hacer de ellos un uso más noble que el mero servicio para el hombre exterior. Debemos honrar al Señor con nuestros bienes, no utilizándolos hasta que hayamos apartado una proporción razonable para el servicio a Dios.
George Lawson
No seas sabio a tus propios ojos, teme al SEÑOR y apártate del mal (Proverbios 3:7).
El hombre vano se juzga sabio, aunque cuando nace es tan ignorante como un “pollino de asno montés” (cf. Job 11:12). El mundo está lleno de hombres sabios, o que dicen serlo; pero no podemos ser verdaderamente sabios a menos que nos hagamos necios, renunciando completamente a depender de nuestra propia inteligencia y confiando con humildad en el Señor para que nos proporcione la sabiduría que necesitamos para iluminar nuestras mentes y dirigir nuestros caminos.