George Lawson
El alma del perezoso desea, pero nada consigue, mas el alma de los diligentes queda satisfecha (Proverbios 13:4).
La pereza tiene una doble tendencia a hacer desgraciados a los hombres, porque aporta a la mente abundantes oportunidades para formar deseos desproporcionados y, al mismo tiempo, se niega a suministrarle los medios necesarios para satisfacerlos.
George Lawson
Confiar en los hombres no es menos peligroso que tener temor del hombre, y hay una maldición terrible pronunciada contra aquel “que confía en el hombre y hace de la carne su fortaleza y del SEÑOR se aparta su corazón” (Jer. 17:5)
George Lawson
Despierta, perezoso, de tu profundo sueño, si no quieres tener una vida desgraciada; porque la vida misma es una esclavitud insoportable cuando todas las tareas son una carga.
George Lawson
Si has sido necio en ensalzarte, o si has tramado
el mal, pon la mano sobre tu boca (Proverbios 30:32).
El orgullo es muy malo cuando queda reducido a los pensamientos, pero es aún peor cuando se hincha y se desborda por los labios.
George Lawson
Justo parece el primero que defiende su causa hasta que otro viene y lo examina (Proverbios 18:17).
Cuando Dios descendió para castigar a los habitantes de Sodoma y Gomorra por su maldad, dijo: “Veré si han hecho en todo conforme a su clamor, el cual ha llegado hasta mí; y si no, lo sabré” (Gn. 18:21). Dios no desconoce nada de lo que hacen los hombres, pero habla en nuestro lenguaje y, con esta forma de expresión, no solo pretende poner de manifiesto su propia justicia, sino también enseñar justicia a los jueces terrenales.
Por juzgar una causa sin investigarla a fondo, David hirió al hijo de su generoso amigo Jonatán; y Asuero, con una conducta similar, expuso al pueblo de su reina a la destrucción…