David Clark
Cuando Mark Zuckerberg fue nombrado por Time “Persona del Año” en el 2010, reflejaba el impacto que Facebook está teniendo en nuestra sociedad. Siendo estudiante de segundo año en Harvard, Zuckerberg empezó un servicio web que se reconoció como “guía online para conectar a las personas a través de redes sociales en las universidades”. La idea consistía en reflejar los tipos de interacciones que los estudiantes podían tener unos con otros. Este año, Facebook añadió a su miembro número quinientos cincuenta millones y su crecimiento actuar se cifra alrededor de unas setecientas mil personas por día. Uno de cada doce personas del planeta es titular de una cuenta de Facebook y, hacia finales del 2010, el sitio registraba que uno de cada cuatro estadounidenses accedía a páginas de este servicio.
Mark Kelderman & Maarten Kuivenhoven
Cuando se oye la palabra digital con relación al séptimo mandamiento, probablemente, lo primero que venga a la mente sea la pornografía. Las imágenes digitales son una grave tentación que te confrontan cuando eres un joven o una joven. El diablo y el mundo están siempre alerta para atraparnos en este pecado que halla su raíz en nuestros corazones. Con las invenciones de la tecnología, existen infinitas formas en las que este pecado se pone delante de ti, tentador, y promete cubrirte con el aura del secreto. Una de las crecientes preocupaciones en la iglesia es que los jóvenes están siendo expuestos a estas tentaciones desde temprana edad. En lugar de tratar los detalles del envío de textos sexuales, de los videos de internet, de la pornografía o de los juegos de fantasía en la red, cosas que pasan factura a la espiritualidad de esa joven persona, en este breve artículo queremos ocuparnos brevemente de la imagen a mayor escala.
Mark Kelderman & Maarten Kuivenhoven
En la era digital, la vida se ha vuelto frenética. La tecnología afirma facilitar la vida, pero a la vez que ahorra tiempo en una tarea, añade otro trabajo que podemos llevar a cabo con el tiempo que hemos ahorrado. Cada vez cuesta más desconectarse, despojarse de los auriculares y sencillamente descansar sin los bips, blips y la retroiluminación de las pantallas. Ahora más que nunca necesitamos recuperar el cuarto mandamiento para hallar el reposo que Dios ha prescrito para Su creación.
Mark Kelderman & Maarten Kuivenhoven
De Facebook a Twitter, de los boletines electrónicos de noticias a los blogs, ¿cómo protegemos el santo nombre de Dios? ¿Cómo podemos representar al Señor de una forma adecuada en un mundo que blasfema Su nombre? Al internarnos en el mundo de la tecnología y de la comunicación digital existen importantes preguntas que formular. Cuando profesamos ser cristianos, se nos llama a representar a Dios ante un mundo moribundo y caído. Al hacerlo, es necesario que mantengamos en mente el tercer mandamiento que declara: “No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano: porque el Señor no tendrá por inocente a aquel que tome su nombre en vano”. (Éx. 20:7). ¿Cómo podemos hacerlo?
Mark Kelderman & Maarten Kuivenhoven
En su libro Family-Based Youth Ministry [Ministerio juvenil basado en la familia], Mark DeVries argumenta: “La creciente dependencia de nuestra cultura de las imágenes para pensar ha limitado nuestra capacidad de tomar decisiones morales y hasta de entender los conceptos morales abstractos […]. Viviendo en una cultura centrada en la imagen produce adultos que se conmueven más por la impresión que por un pensamiento racional”.