La idolatría del alma excluye al hombre del Cielo
David Clarkson
Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios (Efesios 5:5). El avaro, al igual que cada uno mencionado en nuestro texto, es un idólatra. No sólo el avaro, sino que también el inmundo, es idólatra. Porque el apóstol, que cataloga a la avaricia como idolatría, incluye también como idólatra al que sólo piensa en lo terrenal, que hace del vientre su dios (Fil. 3:19). De hecho, cada lascivia reinante es un ídolo y cada persona en la que reina, es un idólatra.
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