Christopher Doulos
“El que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor,y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”
(Mateo 20:26-28)
En el artículo anterior hemos visto el latente y siempre presente peligro del orgullo que sabe ocultarse en cada de nosotros, y que sabe disfrazarse incluso de cosas buenas y legítimas; y es que el diablo se disfraza como ángel de luz. Pero veo la necesidad de tocar aclarar algo importantísimo; y es que, conociendo la inclinación natural del hombre, de irse hacia uno de dos extremos y de pensar en términos de blanco o negro, debo también decir esto: Que es totalmente bíblico que busquemos siempre lo espiritual, que nuestra mirada se dirija siempre hacia lo eterno, que nuestros ojos estén siempre puestos en Jesús.

Christopher Doulos
“El que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Mateo 20:26-28)
J.C. Ryle
La inconsecuencia, la ostentación y el deseo de preeminencia entre quienes profesan la fe, son particularmente desagradables para Cristo. Por lo que respecta a la inconsecuencia, hay que destacar que lo primero que nuestro Señor dice acerca de los fariseos es que “dicen, y no hacen”.
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D. Scott Meadows
No te jactes del día de mañana, porque no sabes qué traerá el día (Proverbios 27:1). Entre otras cosas, la sabiduría es la conciencia de la realidad, y actuar de forma coherente con ella.
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Todos ofendemos en muchas cosas, pero no todos despreciamos la Palabra de Dios. Los buenos tienen razones para lamentar sus múltiples transgresiones contra el mandamiento y, sin embargo, sienten un amor y un cariño sinceros hacia él y desean de todo corazón que “[sus] caminos sean afirmados para guardar [los] estatutos [de Dios]” (Sal. 119:5).