R. C. Sproul
“Estoy satisfecho con mi vida, ¿por qué necesito a Jesús?”
Escucho esta frase en boca de mucha gente. Suelen decirme: “Simplemente no siento la necesidad de tener a Cristo”. ¡Como si el cristianismo fuera algo que se empaqueta y se vende en la Avenida Madison! Lo que estamos intentando transmitirle a la gente es: “Aquí hay algo que va a hacer que te sientas bien y todo el mundo necesita un poco de esto en su armario o en su nevera”, como si estuviéramos vendiendo un artículo que fuese a añadir un toque de felicidad a nuestras vidas.
Dave Chanski
La Biblia nos dice que, cuando el Señor Jesús comenzó su ministerio público, proclamó estas palabras por toda Galilea: “El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio” (Mr. 1:15). Antes de ascender al cielo al finalizar su ministerio terrenal dijo a los Apóstoles: “Así está escrito, que el Cristo padeciera y resucitaría de entre los muertos al tercer día, y que en su nombre se predicara el arrepentimiento para el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando desde Jerusalén” (Lc. 24:46-47).
Desde su trono en la gloria habló a la iglesia de Éfeso en el libro de Apocalipsis: “Recuerda, por tanto, de dónde has caído y arrepiéntete, y haz las obras que hiciste al principio; si no, vendré a ti y quitaré tu candelero de su lugar, si no te arrepientes” (Ap. 2:5; ver también 2:16; 3:33; 3:19).