John L. Dagg, un bautista notable
Noble Vater Estudio basado casi exclusivamente en la autobiografía que Dagg preparó para sus hijos y nietos. En el año...
Noble Vater Estudio basado casi exclusivamente en la autobiografía que Dagg preparó para sus hijos y nietos. En el año...
“Dado que hay tantas personas que viven bajo las ordenanzas [medio de gracia] fingiendo, sin razón, que tienen un interés especial en Cristo […]. Y dado que muchos que tienen buenas razones para reivindicar a Cristo, no se encuentran establecidos en la confianza de su favor, sino que permanecen en la oscuridad sin consuelo, vacilando en cuanto a la realidad de la piedad en sí mismos […]. Hablaré un poco sobre las cosas que más preocupan. Una es cómo puede saber una persona si está reclamando correctamente el favor y la salvación de Dios. La otra es que, si una persona no llega a tener la completa seguridad estando en esa prueba, ¿qué es lo que debe hacer?”.
James W. Alexander murió de disentería cuando tenía cincuenta y cinco años. Para conmemorar su fiel servicio como pastor, su congregación insertó una placa de mármol en la pared, junto al púlpito en la que se podía leer:
“En memoria de James Waddel Alexander, doctor en teología. Durante trece años fue el amado y venerado pastor de esta iglesia. Sus dones singulares y naturales, madurados por una generosa cultura, fueron entregados con éxito a su sagrada obra. Su ferviente piedad, su vida pura, sus tiernos afectos, su gran benevolencia y su incansable labor se ganaron la simpatía de su gente que lloran su muerte como la de un querido hermano y un amado amigo. Nació el 13 de marzo de 1804 y murió el 31 de julio de 1859”.
J.C. Ryle nació en Inglaterra en el año 1816. Sus padres fueron John y Susana Ryle. Terminó sus estudios en las Universidades de Eton y Oxford donde, además de adquirir una buena educación, fue conocido por su habilidad como jugador de cricket. Su conversión tuvo lugar en el año 1837 después de haber quedado fascinado por una lectura en público del capítulo dos de Efesios. El lector, cuyo nombre Ryle nunca conoció, hizo un gran hincapié en el versículo ocho, haciendo una breve pausa después de cada oración. Esto es lo que Ryle oyó: “Porque por gracia habéis sido salvados — por medio de la fe — y esto no de vosotros — sino que es don de Dios”. La justificación por la fe, la verdad que transformó a Lutero tuvo el mismo efecto sobre Ryle.
“Ahora que ha llegado el momento de dirigirme a vosotros, queridos hermanos, que sea Dios mismo quien hable por medio de mí”. Estas son las primeras líneas de un ministerio muy completo.
C.H. Spurgeon nació el diecinueve de junio de 1834 y murió el 31 de enero de 1892. Dios le capacitó para hacer cosas extraordinarias como ministro del Evangelio y estas provocan interés, admiración y un mayor deseo de conocer más acerca de ese hombre y de explorar por uno mismo el legado de vibrantes obras escritas que permanecen después de su muerte.
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