Si Dios es omnipotente, ¿por qué permite el sufrimiento?
Un controvertido libro publicado recientemente sobre este tema llevaba por título: When Bad Things Happen to Good People [Cuando a la gente buena le suceden cosas malas]. Una objeción común a la religión es: ¿Cómo se puede creer en Dios a la luz de todo el sufrimiento que vemos y experimentamos en este mundo?
John Stuart Mill elevó esta clásica objeción en contra de la fe cristiana: “Si Dios es omnipotente y permite todo este sufrimiento, entonces no es benevolente, no es bondadoso, no es amoroso. Y si es amoroso para con todo el mundo y permite todo este sufrimiento, desde luego no es omnipotente. Dado que existe el mal y también el sufrimiento, no podremos llegar jamás a la conclusión de que Dios sea omnipotente y, a la vez, benevolente”. Con todo lo brillante que pueda ser John Stuart Mill, no tengo más remedio que poner objeciones a este punto y comprobar qué es lo que dicen las Escrituras acerca de estas cosas.