Paul Christianson
Las declaraciones y oraciones del Salmo 27 están hechas en el oscuro marco de una hueste de enemigos: malhechores que calumnian, actúan con violencia y procuran la destrucción del rey David, autor de este salmo. David los compara con bestias salvajes cuando dice “para devorar mis carnes”, en el versículo 2, y a un ejército que acampa a su alrededor, en el versículo 3.
El rey se muestra increíblemente desafiante contra tales enemigos, y escribe en los versículos 1 al 3: “El Señor es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién tendré temor? Cuando para devorar mis carnes vinieron sobre mí los malhechores, mis adversarios y mis enemigos, ellos tropezaron y cayeron. Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque en mi contra se levante guerra, a pesar de ello, estaré confiado”.
George Lawson
La mujer virtuosa es corona de su marido, mas la que lo avergüenza es como podredumbre en sus huesos (Proverbios 12:4).
La mujer virtuosa teme al Señor, respeta a su marido, gobierna su casa con prudencia y cuidado, se muestra caritativa con los pobres y trata a todos con amabilidad. ¿Con qué compararemos a una mujer como esta? ¿La asemejaremos a un brazalete, o diremos que es un collar de oro para su marido? Tales comparaciones la dejarían por debajo de su valor. Ella le hace tan feliz como un rey, y le procura tanto respeto y honor que merece que la comparen con ese ornamento real que se ciñe a la cabeza de los monarcas. Para su marido, ella es una corona adornada con esas encantadoras virtudes que brillan con un resplandor más radiante que los diamantes de Oriente.
Albert Mohler
Hace más de cien años, el gran teólogo holandés Hermann Bavinck predijo que el siglo XX sería «testigo de un gigantesco conflicto de espíritus». Su predicción se quedó corta y este gran conflicto sigue en el presente siglo XXI.
El tema de Halloween se impone año tras año sobre la consciencia cristiana. Sumamente conscientes de los antiguos y nuevos peligros, muchos padres cristianos eligen retirar a sus hijos totalmente de ese día de fiesta. Otros eligen seguir un estratégico plan de batalla para comprometerse con la fiesta. Otros han llegado más lejos procurando convertir Halloween en una oportunidad de evangelización. ¿Tiene realmente Halloween tanta importancia?
R.C. Sproul
“La pecaminosidad del pecado” suena como redundancia insustancial que no añade ninguna información al tema que vamos a debatir. Sin embargo, la necesidad de hablar de la pecaminosidad del pecado nos viene impuesta por una cultura e incluso una iglesia que ha reducido la relevancia del pecado en sí. En nuestros días, el pecado se define como “cometer equivocaciones” o “hacer malas elecciones”. Cuando paso un examen o una prueba de deletrear palabras, cometo un error si me salto una palabra en concreto. Una cosa es cometer un error y otro mirar el papel de mi vecino y copiar sus respuestas con el fin de conseguir una nota mejor. En este caso, mi error se eleva al nivel de una transgresión moral.
Albert Mohler
Una declaración innegociable de la fe cristiana, profundamente arraigada en la enseñanza de Cristo es la siguiente: que Él es «el camino, la verdad y la vida» y que nadie va al Padre «sino por mí» (Juan 14:5).
En nuestro mundo actual no hay escasez de realidades desconcertantes. Entre ellas, el hecho de que muchas personas, bastante bien informadas, parecen impresionadas al ver que los cristianos creen en las doctrinas del cristianismo.