J.C. Ryle
¿Somos conscientes de haber tenido una experiencia de conversión a Dios? Sin conversión no hay salvación: “Si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos”; “El que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios”; “Si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de Él”; “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es” (Mateo 18:3; Juan 3:3; Romanos 8:9; 2 Corintios 5:17).
“Elí era ya muy anciano; oyó todo lo que sus hijos estaban haciendo a todo Israel, y cómo se acostaban con las mujeres que servían a la entrada de la tienda de reunión, y les dijo: ‘¿Por qué hacéis estas cosas, las cosas malas de que oigo hablar a todo este pueblo? No, hijos míos; porque no es bueno el informe que oigo circular por el pueblo del SEÑOR’” (1 Sam. 2:22-24).
Este es un pasaje muy triste, y lo más chocante es lo que en éste se nos da a conocer sobre lo infiel e ineficaz que Elí fue como padre.
D. Scott Meadows
¿Acaso no hacen bien sus palabras? ¿Acaso no caminamos con el Justo? (Mi. 2:7)
הֲלֹוא דְבָרַי יֵיטִיבוּ עִם הַיָּשָׁר הֹולֵךְ
La traducción tradicional de este dicho es buena y, por lo general, se acepta. Su interpretación depende más de la sensibilidad al contexto. Estoy de acuerdo con Calvino en que un sentido básico es “más fácil y fluido”, mientras que otros son posibles, aunque forzados. Nos centraremos, pues, en la interpretación más natural del texto.
Este mensaje profético le llegó a Miqueas de parte del Señor, en “los días de Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, lo que vio acerca de Samaria y de Jerusalén” (Mi. 1:1), durante un periodo que se extendió desde el 750 hasta 687 a.C., en general paralelo a otros profetas del siglo VIII como Oseas e Isaías. Eran días oscuros de apostasía general, caracterizada por una idolatría pública y una inmoralidad que precipitó graves castigos en la cautividad de Israel en Asiria (722 a.C.) y en el cautiverio de Judá en Babilonia (586 a.C.).
La doctrina de la cruz es la sustancia de la verdad cristiana y el gran apoyo de la moral cristiana. La mente y el corazón del apóstol estaban repletos de esto. ¿Hace hincapié en la humildad? ¡Sí! Lo hace así: “Haya, pues, en vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús”.* ¿Una devoción sin reservas hacia Dios? ¡Sí! De esta manera: “no sois vuestros. Pues por precio habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo, en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”.*
J.C. Ryle
En estos versículos se nos ofrece una promesa. El Señor Jesús dice: “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva”. Obviamente, estas palabras tenían un sentido figurado. Se pueden aplicar de dos formas. Por un lado enseñan que todos aquellos que vengan a Cristo por fe hallarán satisfacción abundante en Él. Por otro lado enseñan que los creyentes no solo tendrán suficiente para cubrir las necesidades de sus propias almas, sino que también se convertirán en fuente de bendición para los demás.