El decálogo para la era digital (2): ¿Es Google Dios?
Mark Kelderman & Maarten Kuivenhoven
Si necesitas saber algo sobre un cierto asunto, el consejo más común es: «Búscalo en Google». Google es una maravillosa herramienta. Nosotros la usamos; y mucho. Pero no es divino como tampoco lo es la tecnología. En el frenético mundo actual de la tecnología y el desarrollo ¡perdemos de vista a Dios con tanta frecuencia! Pero hay una cosa que no podemos hacer: digitalizar a Dios y reducirlo a una máquina, a un sonido, o a un tweet. En Su ser, Dios es mucho mayor y más amplio que todo eso. Ciertamente podemos utilizar la tecnología para Su gloria, pero es necesario que estemos en guardia contra actuar como si la tecnología lo remplazara.
La tecnología sustituye a Dios cuando exige todo nuestro tiempo y no nos desconectamos para conectarnos con Él. Violamos el primer mandamiento cuando ponemos nuestro corazón en el siguiente artilugio nuevo, remplazando a Dios en el trono de nuestro corazón por una computadora, un smart-phone, o una consola de videojuegos. Sustituimos a Dios por la tecnología cuando dependemos en gran medida de Internet para responder a las preguntas de la vida. Internet es una herramienta muy valiosa para la información; la mayoría de nosotros no podríamos realizar nuestro trabajo sin ella. Sin embargo, no permitas jamás que tome el lugar de la Palabra de Dios escrita. El mundo virtual nunca remplaza la comunión real y viva con Dios y con Su pueblo. Existe un peligro inherente en la intersección de nuestro corazón pecaminoso y la naturaleza de la tecnología que se tragaría toda nuestra vida y provocaría que nos olvidáramos de Dios mientras nos vemos bombardeados por todo tipo de información. ¿Reconoces estas cosas en tu vida? Tal vez sea tiempo de reordenar nuestra vida. Esto no significa que nos deshagamos de toda la tecnología, porque también creemos que es la tecnología de Dios. Podemos usarla correctamente y seguir honrando a Dios como objeto principal de nuestros afectos y de nuestra adoración.
La tecnología es una intermediaria, un medio, no un fin. Recordemos esto siempre y mantengámosla en su posición correcta dentro de nuestra vida. Parte de la adoración y el reconocimiento de Dios consiste en ponerle a Él de nuevo en el trono y utilizar la tecnología como medio para adorarle. ¿Cómo se hace esto? Empieza el día con Dios, antes de encender la computadora, comprobar el correo electrónico o chatear con tus amigos. Puedes usar la tecnología para leer y estudiar la Biblia, leer blogs edificantes, mantener amistades, publicar cosas edificantes en las noticias de tu Facebook, para presentarte como cristiano responsable y diligente en LinkedIn, y para escuchar sermones en la web. Hay tantas formas en las que podemos honrar a Dios con la tecnología. Pero no permitas que te absorba por la forma tan rápida y fácil con la que le resta a tu tiempo con Dios, te seduce a entrar en la pornografía o te hace perder el tiempo.
¿Cómo volver a captar una visión más amplia de Dios en medio de un bombardeo y una corriente constante de tecnología e información? En primer lugar, es necesario que nos arrepintamos del mal uso que hemos hecho de la tecnología si estamos luchando con ella de este modo. En segundo lugar, precisamos vivir con una visión más extensa de Dios. Esto significa que tenemos que escudriñar las Escrituras. Ver al potente y todopoderoso Dios que lo creó todo. Él lo controla todo en el mundo. «El Señor, el Señor, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y fidelidad; el que guarda misericordia a millares, el que perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado, y que no tendrá por inocente al culpable» (Éx. 34.6-7). Medita en Miqueas 7:18-19: «¿Qué Dios hay como tú, que perdona la iniquidad y pasa por alto la rebeldía del remanente de su heredad? No persistirá en su ira para siempre, porque se complace en la misericordia. Volverá a compadecerse de nosotros, hollará nuestras iniquidades. Sí, arrojarás a las profundidades del mar todos nuestros pecados». ¡Él es un Dios al que merece la pena servir!
Mark Keldermann es Decano de Estudiantes y de Formación Espiritual en el Seminario Teológico Puritano Reformado. Marten Kuivenhoven es pastor de la Heritage Netherlands Reformed Congregation de Grand Rapids, Michigan, y estudiante doctoral en el Seminario Teológico Calvino, Grand Rapids, Michigan.
El decálogo para la era digital I: ley y evangelio
El decálogo para la era digital II: ¿Es Google Dios?
El decálogo para la era digital III: ¿Ante quién nos inclinamos?
El decálogo para la era digital IV
El decálogo en la era digital V: Descanso digital
Publicado en Reflexiones con permiso de Banner of Sovereign Grace Truth. Traducción de IBRNJ, todos los derechos reservados © 2014.