El significado y la aplicación correcta del Salmo 23
Eugenio Piñero
«El Señor es mi pastor, nada me faltará. En lugares de verdes pastos me hace descansar; junto a aguas de reposo me conduce. Él restaura mi alma; me guía por senderos de justicia por amor de su nombre. Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento. Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; has ungido mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Señor moraré por largos días» (Salmo 23:1-6).
El Salmo 23 «Es la perla de los salmos, cuyo fulgor puro y suave deleita los ojos; una perla de la que el helicón puede sentirse orgulloso, pero el Jordán la reclama. Se puede afirmar de este canto deleitoso, que si bien su piedad y su poesía son equivalentes, su dulzor y su espiritualidad son insuperables» (C.H. Spurgeon).
¿Por qué debemos estudiar el Salmo 23? Como anteriormente dijimos: 1. Por el peligro de la ignorancia de su significado. En segundo lugar:
2. Por su gran beneficio y la edificación espiritual para el creyente.
El Salmo 23 es una fuente de vida que enriquece, edifica, fortalece y santifica el alma. Como otro dijo:
«…Es especial, experiencial y profundamente espiritual. Una perla inigualable en riqueza, ternura y belleza. Lamentablemente, la ignorancia, el descuido y la familiaridad con respecto a este Salmo, ha llevado a muchos creyentes a tomarlo por sentado y a no ver las verdades sublimes depositadas en él; ni les permite conocer en su propia experiencia sus profundidades».
El conocimiento superficial que tienen de este Salmo les lleva a tratarlo como si fuera una oración, cuando realmente es una afirmación del testimonio personal de un hombre acerca de Dios; una afirmación que permite al creyente hacer una conclusión muy importante que define la clase de vida que él vivirá.
El conocimiento superficial de este Salmo lleva a muchos creyentes a limitar su uso y aplicación. Se limitan a leerlo, en el lecho de la enfermedad o de la muerte. ¡Lo leen en el servicio fúnebre, y luego pasan por alto las verdades que enseña, verdades que son muy importantes y pertinentes para sus vidas! Aunque la lectura de este Salmo en un servicio fúnebre puede ser beneficiosa y pertinente, el Salmo 23 no se dio para ser leído o considerado solamente en esta ocasión; el Salmo 23 no fue escrito solo para dar consuelo a los familiares y amigos creyentes del que ha muerto.
Fue escrito para que los creyentes mediten continuamente en él, puesto que habla abundantemente de la relación que el Señor sostiene con cada una de sus ovejas a lo largo de sus vidas.
Este Salmo les recuerda en cada momento que no importa cuáles sean sus circunstancias. Jehová es su Pastor. Por lo tanto, nada les falta. Porque Él es mi Pastor, Él suplirá para todas mis necesidades físicas, materiales, sociales, emocionales y espirituales etc.
¿A quién miraré para recibir guía, para obtener paz, protección, seguridad, restauración y consuelo, en esta vida y la venidera? Miraré a Jehová mi Pastor.
Creyente, ¿estás confundido? ¿Intranquilo? ¿Inseguro? ¿Deprimido? ¿Tienes temor? Esto se debe a que tú te has alejado de la fuente de toda bendición. No estás mirando al Pastor; no estás oyendo la voz del Buen Pastor, que habla mediante Su Palabra. Él dice: «Mis ovejas oyen Mi voz. Yo las conozco, y ellas me siguen».
El conocimiento del significado y la aplicación correcta del Salmo 23 mostrará que este Salmo habla de la experiencia más alta, profunda, vasta y gloriosa a la que Dios puede dirigir a Su pueblo en esta tierra.
Como otro señaló:
«Para algunos, el Señor ha hecho que el Salmo 23 les sirva como la canción del peregrino en su peregrinación. Ha sido una canción de valor para muchos de los oprimidos interiormente. En las manos del Espíritu Santo, ha servido como un bálsamo para sanar a los que están espiritualmente enfermos. A otros, que estaban espiritualmente cautivos en el calabozo de la miseria, ha servido para consolarlos; ha sido un tónico para los soldados creyentes que mueren en la batalla.
El Salmo 23 no solo ha servido como la canción del peregrino en su viaje a la Patria Celestial, también es un credo experiencial que dirige a los creyentes a la cruz y les guía hacia la gloria.
Para otros, este Salmo sirve como un credo de victoria. Cada frase y palabra les explica ricamente lo que Dios es y hace a favor de Sus ovejas para sostenerlas, fortalecerlas y protegerlas en sus luchas contra el mal, el pecado y el diablo.
Para otros creyentes, el Salmo 23 se ha convertido en un santuario santo en el que tienen comunión con Dios, en el que encuentran reconciliación otra vez en la sangre del Pastor, que es su Redentor. Allí también reciben la gracia del Espíritu para descansar en el Señor y Su Palabra. Para estos, el Salmo 23 se ha convertido en un oásis en el desierto».
Y tú, mi amigo, ¿te preguntas cómo puedes llegar a ser una oveja del Señor Jesucristo? Oye Su voz a través de Su Palabra; escucha y cree lo que dice sobre Dios, el pecado, tu condición, el remedio, sobre tu responsabilidad. Entonces, Jehová, Jesús, se convertirá en tu Pastor, y todas las bendiciones y privilegios que tienen Sus ovejas serán también para ti. Te pregunto: ¿Conoces a Jehová, el Señor, como el salmista le conocía? ¿Le conoces y sabes que le conoces?
Joel R. Beeke¹ dice:
«Al comenzar a pintar el cuadro por cada frase de este Salmo bendito, sobre tu vivencia, y a la luz del Gran Pastor, Jesucristo, que el Dios de toda la gracia lo haga para ti un cántico de peregrinaje, un credo experimental, y un lugar santísimo. Que seas cimentado en Cristo como el único fundamento firme, que crezcas en la gracia y el conocimiento de Él, como el Gran Pastor de tu alma, y que experimentes muestras anticipatorias del cielo en la tierra, que te capaciten para que exclames, “El Señor es mi Pastor: nada me faltará”. Que los inconversos reciban una impresión salvadora de lo que les hace falta en su camino a la eternidad. Que se avive en sus almas una llama inextinguible de anhelo, de ser súbdito del rebaño pastoreado por Jehová”».
Continuará…
Todos los derechos reservados
1. Joel R. Beeke, Jehova Shepherding His Sheep, pp. 3-4, Heritage Reformed Books.