Todas las cosas ayudan para bien
Thomas Watson
Hay dos cosas que siempre he considerado difíciles. Una de ellas es entristecer a los inicuos; la otra es alegrar a los piadosos. El desánimo en los piadosos tiene un origen doble: o bien se debe a que sus motivos internos de consuelo se ven enturbiados, o bien a que sus motivos externos de consuelo se ven perturbados. El objeto de esta obra es poner remedio a ambos problemas, esperando que, mediante la bendición de Dios, anime sus desalentados corazones, y les haga ver las cosas desde una perspectiva más halagüeña.
Yo les prescribiría tomar de vez en cuando un poco de este estimulante: A LOS QUE AMAN A DIOS, TODAS LAS COSAS LES AYUDAN A BIEN.
Es motivo de consuelo saber que nada puede dañar a los piadosos; pero tener la certeza de que TODAS las cosas que ocurran cooperarán para su bien, que sus cruces se transformarán en bendiciones, que las lluvias de la aflicción riesgan la raíz seca de su gracia y la hacen florecer más; esto puede llenar sus corazones de gozo hasta rebosar.
Usado con permiso de Editorial Peregrino. Todos los derechos reservados.
Su autor pertenece a aquel grupo de los llamados puritanos: inconformistas con la religión impuesta, valientes ante las presiones morales y políticas de la época, celosos y fieles por la verdad, e impetuosos y diligentes con el mensaje que tenían que dar. El libro, característico en estos hombres, es una exposición meticulosa, un análisis profundo y sano, un lenguaje claro y rico, que todo lector puede entender y disfrutar.
Está disponible en Cristianismo Histórico