Lecciones en medio de una peste
Pablo Cruz
Cómo esta pandemia debe servirnos para buscar a Dios de todo corazón
INTRODUCCION
Nos cuenta la historia bíblica en 2 Samuel 24, de aquella oportunidad donde el pueblo de Israel había pecado tanto, a tal punto de provocar la ira de Dios, este capítulo inicia diciendo:
“2Sa 24:1 Volvió a encenderse la ira de Jehová contra Israel” …
Este era un pueblo que constantemente pecaba contra el Señor, (como todos) ofendiéndole, haciendo lo contrario a lo que Dios mandaba en su palabra, toda la lista de pecados estaba allí, podríamos citar, por ejemplo: Apocalipsis
“Apo_21:8 Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.”
Se nos cuenta además que, en esa oportunidad, un hombre, el rey David, cometió un pecado particular, que vino a ser, como decimos: “la copa que rebozo el vaso”.
El pecado del rey David, fue imponer su voluntad, sin consultar a Dios, se puso por capricho, a censar al pueblo y fue algo tan malo, que la historia nos cuenta que un hombre pecador, como el general Joab, no vio con buenos ojos esto, es decir: si un hombre pecador ve el mal, ¿cómo no lo deberían ver los piadosos? es más, él mismo trató de persuadir al rey, de no hacer tal cosa, pero el rey persistió y predomino su mandato.
Fue un pecado terrible. el cual el mismo David reconoció luego, tal como leemos en el verso 10:
“2Sa 24:10 Después que David hubo censado al pueblo, le pesó en su corazón; y dijo David a Jehová: Yo he pecado gravemente por haber hecho esto; mas ahora, oh Jehová, te ruego que quites el pecado de tu siervo, porque yo he hecho muy neciamente”.
Este fue el momento en el cual el Señor derramó su ira sobre el pueblo.
En aquella oportunidad el Señor, para frenar la maldad de las personas, permitió y levantó una peste, en medio del pueblo, que según nos cuenta en el verso 15, mato setenta mil hombres, en tres días.
Dice: “2Sa 24:15 Y Jehová envió la peste sobre Israel desde la mañana hasta el tiempo señalado; y murieron del pueblo, desde Dan hasta Beerseba, setenta mil hombres”.
Al final David reconoció su pecado, Dios le perdonó y detuvo la mortandad. Hoy, lo más importante al pensar en ese relato bíblico, es aquello que nos enseña a nosotros que estamos viviendo estos tiempos.
Estamos sufriendo a nivel mundial una pandemia, han muerto miles de personas, algo parecido a lo que vivieron el pueblo y David en ese tiempo.
¿Que nos enseña entonces el relato de David? ¿Qué nos enseña 2 Samuel 24?
- DIOS ES JUSTO
El relato deja en claro que fue el pecado, lo que provocó esta peste.
El verso 1 dice:
“2Sa 24:1 Volvió a encenderse la ira de Jehová contra Israel”.
El verso 10 dice:
“2Sa 24:10 Después que David hubo censado al pueblo, le pesó en su corazón; y dijo David a Jehová: Yo he pecado gravemente por haber hecho esto; mas ahora, oh Jehová, te ruego que quites el pecado de tu siervo, porque yo he hecho muy neciamente”.
Así que vemos allí, el pecado del pueblo y el pecado del rey David y que eso fue lo que provocó aquella peste, la respuesta de Dios a esos pecados fue:
“2Sa 24:12 Ve y dí a David: Así ha dicho Jehová: Tres cosas te ofrezco; tú escogerás una de ellas, para que yo la haga. 13 Vino, pues, Gad a David, y se lo hizo saber, y le dijo: ¿Quieres que te vengan siete años de hambre en tu tierra? ¿o que huyas tres meses delante de tus enemigos y que ellos te persigan? ¿o que tres días haya peste en tu tierra? Piensa ahora, y mira qué responderé al que me ha enviado”.
Esto es: la justicia de Dios, Dios es paciente, paciente con la gente, cuando peca, pero llega un momento, donde él hace justicia y por esa justicia envió la peste a Israel.
Como dice en:
“2Sa 24:15 Y Jehová envió la peste sobre Israel desde la mañana hasta el tiempo señalado; y murieron del pueblo, desde Dan hasta Beerseba, setenta mil hombres”.
Así que hoy en nuestro contexto debemos reconocer que Dios está ejecutando su justicia en medio de nosotros.
¿Cuánto pecado hay en el mundo hoy? como leemos en Gálatas
“Gál 5:19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, Gál 5:20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, Gál 5:21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”.
El mundo está atestado de pecado, por tanto, hoy Dios está haciendo justicia, podríamos leer el verso 1, así:
“2Sa 24:1 Volvió a encenderse la ira de Jehová contra el mundo”.
Así que Dios está haciendo justicia y eso debemos reconocerlo, meditar en ello, analizarlo, para que no pase desapercibido o simplemente nos admiremos de tanta gente que está muriendo, sin una reflexión.
Debemos preguntarnos ¿Qué es lo que está pasando? y la voz divina responde: juicio, justicia.
Como dice la escritura
“Nahum_1:3 Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable”.
¿Qué más nos enseña 2 de Samuel 24?
- DIOS ES MISERICORDIOSO
Aunque Dios envió esta peste, Dios no estaba complacido con ello, porque él no se complace en que la gente muera[1], sin embargo, estaba ejecutando justicia como lo vimos, porque Dios es justo, pero no solo es justo, sino que también es misericordioso.
Varios Pasajes en este capítulo así lo muestran:
2Sa 24:14 la afirmación de David así lo muestra
“Entonces David dijo a Gad: En grande angustia estoy; caigamos ahora en mano de Jehová, porque sus misericordias son muchas, mas no caiga yo en manos de hombres”.
En el verso 2Sa 24:16 así lo vemos
“Y cuando el ángel extendió su mano sobre Jerusalén para destruirla, Jehová se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel que destruía al pueblo: Basta ahora; detén tu mano. Y el ángel de Jehová estaba junto a la era de Arauna jebuseo”.
Esto de que Dios se arrepintió es, que tuvo compasión de la gente, del pueblo, y él mismo tomo la decisión de frenar la peste, por su misericordia. Envió el juicio, pero allí también se vio su misericordia.
Este último pasaje nos muestra un Dios compasivo, a quien nadie tuvo que decirle que parara; la gente oraba y hacia cosas, pero él mismo en su corazón, al ver la destrucción, tuvo compasión y la detuvo.
La compasión de Dios se ve absolutamente clara en el Señor Jesucristo cuando vino, muchas veces se nos dicen cosas como estas.
“Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Mat_9:36”
Cuando tenían hambre dijo:
“Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; Mar_8:2”
Por esa compasión, predicó el evangelio para el perdón de pecados, hizo milagros, ayudó a la gente, es tan grande la misericordia de Dios mostrada en Jesucristo, que muchos al verla se olvidan de su justicia.
Pero este pasaje de 2 de Samuel nos enseña
Uno: que Dios es justo, (no debemos olvidarlo)
Dos: que Dios es misericordioso
Esto es: que puede tener compasión de nosotros hoy también, como antes, como siempre, como dice el salmista.
“Sal_106:1 Aleluya.
Alabad a Jehová, porque él es bueno;
Porque para siempre es su misericordia”
Pero hay aún una tercera enseñanza en esta historia
- HAY QUE ARREPENTIRSE DE LOS PECADOS
El relato se centra en David, en cómo se esforzó por hacer uso de los medios establecidos en el Antiguo Testamento para pedir perdón, esto es: hacer propiciación[2], lo cual significa; quitar la ira o aplacar la ira. Recordemos que el verso uno, inicia diciéndonos que la ira de Dios se había encendido.
Se nos cuenta que David compró un terreno, para levantar ahí un altar, hizo el altar y allí hizo sacrificios.
En el verso 24
“2Sa 24:25 Y edificó allí David un altar a Jehová, y sacrificó holocaustos y ofrendas de paz;”
Dos tipos de sacrificio hizo: Holocausto, que era sacrificar un animal y quemarlo completamente, este holocausto era; para perdón de pecados. Esto era un símbolo de Jesucristo quien quita el pecado.
Y el otro sacrificio es: ofrendas de paz, el cual, es un sacrificio que simboliza acciones de gracias.
Así que el holocausto fue: por la justicia de Dios.
Y las ofrendas de paz fueron: por la misericordia de Dios.
Todos los sacrificios del Antiguo Testamento eran, un modelo de la obra de Cristo, quien es el verdadero sacrificio que quita el pecado.
Así que hoy, no pensamos en matar animales para la justicia de Dios y su misericordia, hoy, cuando pensamos en estas cosas, debemos traer a la mente al Señor Jesús.
Él murió en la cruz, siendo el sacrificio perfecto y cuando murió dijo, consumado es, esto es, que él hizo la obra de sacrificio completa. Él es: el holocausto ante Dios, y él es; las ofrendas de paz.
Así que hoy, lo que debemos hacer es; ir a Dios a través de Jesucristo, esto es: creer en él para el perdón de pecados y mostrar arrepentimiento. Si como David estamos arrepentidos, vamos usar los métodos de Dios, ponemos nuestra fe en Jesús y nos arrepentimos de los pecados de tal manera que él sea nuestro holocausto y nuestra ofrenda de paz.
Debemos orar a Dios por el perdón de pecados que provocan la ira divina y por su misericordia, y esto debemos hacerlo todos.
El pasaje termina diciendo:
“2Sa 24:25 Y edificó allí David un altar a Jehová, y sacrificó holocaustos y ofrendas de paz; y Jehová oyó las súplicas de la tierra, y cesó la plaga en Israel”.
Vemos que no solo David buscó a Dios haciendo los sacrificios correctos, sino que: toda la tierra también, toda la tierra oraba, todos se arrepintieron y Jehová oyó las súplicas de la tierra, y cesó la plaga en Israel.
Querido amigo.
Recuerde;
- Debemos reconocer que Dios es justo con esto, es la paga por el pecado.
- Debemos reconocer también que Dios es misericordioso. Y que esto nos anime a buscarlo
- E ir a Jesucristo en fe y arrepentimiento, orando por perdón de pecados y si lo hacemos de todo corazón, seremos perdonados y Dios en su misericordia frenará la plaga en nuestro planeta
Hágalo no lo dude, hay que hacerlo rápido. Que no nos alcancen nuestros pecados.
[1] Eze 33:11 Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?
[2] 2Sa 24:23 Todo esto, oh rey, Arauna lo da al rey. Luego dijo Arauna al rey: Jehová tu Dios te sea propicio.
Usado con permiso.