El odio oculto
George Lawson
Aunque su odio se cubra con engaño, su perversidad será descubierta en la asamblea. El que cava un hoyo caerá en él, y el que hace rodar una piedra, sobre él volverá (Proverbios 26:26-27).
Se avergüenzan o tienen miedo de dejar ver su malicia, pero Dios la sacará a la luz a la vista de todos los hombres, y hará de ellos objetos de horror universal. Esto suele suceder por sí solo, porque la malicia de ordinario se descubre a sí misma tarde o temprano. Cuando Saúl no pudo destruir a David por mano de los filisteos en la guerra, ni personalmente con su lanza en privado, su odio se hizo demasiado violento como para ocultarlo con su prudencia.
A veces Dios, por medio de una serie de intervenciones extrañas de la Providencia, deja al descubierto los propósitos malvados de los corazones de los hombres y, si permanecen escondidos durante todo el transcurso de esta vida, hay un día que los dará a conocer (cf. 1 Co. 3:13).
No alberguemos nunca en nuestras mentes nada que nos pudiera avergonzar si todo el mundo lo supiera, porque ciertamente todo el mundo llegará a saberlo en el día en que los secretos de los corazones de los hombres sean juzgados; porque Dios no solo dejará al descubierto la malignidad de los hombres, sino que también la castigará, porque… El que cava un hoyo caerá en él, y el que hace rodar una piedra, sobre él volverá (27).
Extracto de “Comentario a Proverbios” por George Lawson. Reservados todos los derechos. Este libro está disponible en Cristianismo Histórico.