Corrige a tu hijo mientras hay esperanza
George Lawson
Corrige a tu hijo mientras hay esperanza, pero no desee tu alma causarle la muerte (Proverbios 19:18).
Si pretendes hacer bien a tus hijos corrigiéndoles, empieza a su debido tiempo. Porque si les dejas crecer bajo el imperio de su propia voluntad, me temo que se harán como un caballo o una mula a los que jamás se ha enseñado a someterse al jinete; y cuando estos animales llegan a la edad adulta sin que se les haya obligado a obedecer a las riendas, les romperás el cuello antes de que logres que te hagan caso.
Pero tu corazón se conmueve, te lamentas al oír el lloro de tu pobre hijo y no eres capaz de dirigirle otra palabra dura. Déjale solo entonces, a voluntad de sus propias pasiones, a menos que consideres que ver cómo tus canas van a la tumba acompañadas por la pena, y oír que tu hijo te maldice a la siniestra de tu Juez por permitirle destruirse, sería aún más doloroso que escuchar sus gemidos durante unos instantes.
De todas formas, los padres no deberían infligir castigos innecesarios sobre sus hijos, ni consentir que su ira se mezcle con el deber que aquí se describe. Esos padres que utilizan la vara con enojo, necesitan una vara para sus propias espaldas. (Se podría decir también: “Corrige a tu hijo, así tendrá esperanza; pero no te levantes en tu ira para insultarle”).
No se debe perdonar el llanto del hijo que ofende, ni mucho menos su furor. Si su ira le permite librarse del castigo, pronto aprenderá la forma de escapar de todas las correcciones; y si le perdonas el castigo en una ocasión, tendrás que librarlo una y otra vez hasta perder toda esperanza de que se reforme.
Extracto de “Comentario a Proverbios” por George Lawson. Reservados todos los derechos. Este libro está disponible en Cristianismo Histórico.