La mujer sabia edifica su casa
George Lawson
La mujer sabia edifica su casa, pero la necia con sus manos la derriba (Proverbios 14:1).
Salomón recomienda repetidas veces la diligencia en los negocios como medio de obtener riquezas o, al menos, el sustento; pero aquí nos informa de que tan necesarios son los cuidados de la esposa como el trabajo del marido.
La mujer sabia es frugal, y ahorra; es industriosa, y gana; es religiosa y caritativa, y hace descender la bendición del Cielo sobre su familia; porque si las casas de Labán y Potifar fueron bendecidas a causa de sus siervos piadosos, la Providencia favorecerá aún más el hogar si la señora de la casa es religiosa.
“Pero la necia con sus manos la derriba”. Como si no le bastara con consentir que su casa se vaya a la ruina, la mujer necia utiliza sus propias manos para demolerla. La esposa perezosa y descuidada emplea una de sus manos, pero la derrochadora pone las dos al servicio de esta tarea destructiva. De esta forma, ¡qué pronto se convertirá la casa en un montón de escombros!
Este versículo indica a los hombres cómo deben elegir esposa. Una mujer puede ser rica y hermosa y, sin embargo, acabar siendo una plaga para su marido y su familia, porque lo único que hace falta para arruinar una casa es una mala mujer. Pero la mujer sabia y virtuosa es un tesoro para su marido, aunque no tenga dote. Su padre se la daría si pudiera; pero es preciso recordar que esa mujer es hija del Señor todopoderoso, que dota de mejores virtudes y bendiciones que el más rico de los padres terrenales.
Extracto de “Comentario a Proverbios” por George Lawson. Reservados todos los derechos. Este libro está disponible en Cristianismo Histórico.