Hijo mío, regresa a tu primer amor
Tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.
Hijo mío, ya no tienes el mismo fervor.
¿Dónde, pues, está la satisfacción,
Que experimentabais,
Cuando en la Palabra y en la oración,
a Mí me buscabais?
¡Dos males ha hecho mi pueblo!
Me dejaron a Mí, Fuente de Agua Viva.
Y cavaron para sí, cisternas rotas y vacías,
que no pueden retener allí, su agua insípida.
Solo Yo les puedo dar, el Agua viva.
¡Cansado estoy de sus holocaustos!
¿quién demanda esto de vuestras manos?
Cuando vienen con hipócritas cánticos,
¡a pisotear mis atrios!
No me traigáis más vana ofrenda,
el incienso de vosotros me es abominación.
¡No quiero sufrir vuestras asambleas!
Vuestras fiestas las tiene aborrecidas mi corazón.
Cuando vengan en su vanidad y mundanalidad,
mis ojos de vosotros Yo esconderé;
Y aunque oren todo el día,
no piensen que Yo los oiré.
¡Lavaos y limpiaos!
¡La mundanalidad de delante de mis ojos quitad!
Aprendan a hacer el bien, y dejen de hacer lo malo.
Buscad la misericordia y la santidad.
¡Venid luego! ¡Venid a Mí!
Y blancos quedaréis, aunque vuestros pecados sean rojo carmesí.
No mezcles el vino que Yo te di,
Con el agua insípida de este mundo.
Te hice y te redimí para Mí;
Tú sabes que de gozo y vida Yo abundo.
¡Vuelve a Mí! En llanto y en dolor.
Rasga tu corazón, y no tu exterior.
Y así Yo vendré, y te daré mi bendición:
Espíritu de entrega, y de adoración.
Vuelve a las primer obras, ¡vuelve, hijo de mi amor!
A aquellas que hacías con pasión y devoción.
Recuerda, hijo mío, cómo fue que caíste;
recuerda la negligencia que no viste;
recuerda los deberes que empezaste a abandonar;
recuerda cómo el mundo tomó de ti posesión.
¡Oh, si me buscaras, me encontrarás,
si me buscas con todo tu corazón!
¡Oh, despiértate tú que duermes cómodo!
Y Yo te alumbraré.
Yo, Jesucristo, tu todo;
Yo, que te amé y te salvé.
Christopher Doulos
[Poema basado en Apoc. 2:4-5; Gál. 4:15; Jer. 2:13; Isa. 1:12-19, 22; Joel 2:12-14; Jer. 29:13; Ef. 5:14; Jer. 31:3]
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