El progreso del peregrino
El 18 de febrero de 1678 se publicó en Inglaterra, El progreso del peregrino, escrito por John Bunyan, y financiado por el conocido teólogo puritano John Owen.
Traducido a aproximadamente 200 idiomas, y considerado el mayor de los clásicos cristianos protestantes, El peregrino ha influenciado la vida de miles y miles de personas durante más de 300 años. Y aún hasta el día de hoy, Dios continúa usándolo.
Charles Spurgeon, apodado por sus contemporáneos como “el príncipe de los predicadores”, dijo una vez de este libro: “Después de la Biblia, el libro que más valoro es El progreso del peregrino. Creo que lo he leído alrededor de cien veces”. Y referente a su autor, Spurgeon dijo: “¡Este hombre es una Biblia andante! Pínchalo en cualquier lugar, y encontrarás que la Biblia es la sangre de sus venas, que la misma esencia de la Biblia fluye de él”.
Pero, ¿qué tiene éste libro que lo hace tan especial? El príncipe de los predicadores nos lo dijo… “La misma esencia de la Biblia fluye de él”. Personalmente, por medio de leer El progreso del peregrino, he entendido muchas cosas de la Biblia que antes no entendía. Su autor, John Bunyan, otro príncipe de predicadores, mientras se encontraba prisionero por negarse a dejar de predicar, en esa solitaria celda hizo algo inigualable: tomó las grandes y hermosas doctrinas del cristianismo, y las plasmó en sus páginas de forma práctica: La convicción de pecado, la predicación que te guía a Cristo, la fe, el socorro de Dios, la necedad de este mundo, la insuficiencia humana, la hermosura de la Biblia, el sacrificio expiatorio de Cristo en la cruz, el arrepentimiento, la salvación, el gozo del perdón de pecados, el peligro de la falsedad de supuestos cristianos, la hermosa comunión con los verdaderos hermanos en Cristo, las tentaciones, tormentas, luchas y pruebas en la vida de los cristianos, la pereza y dureza de nuestro corazón, la victoria en la batalla contra el diablo, la vanidad de este mundo, el regreso al buen camino cuando nos desviamos, la perseverancia de los verdaderos cristianos, la sabiduría de los ancianos en Cristo, la fidelidad de Dios al mantenernos y volvernos al buen Camino por más torpe que seamos, la ganancia de morir en Cristo y la recompensa final de estar con Jesús. Todo junto de forma inimitable en este libro no inspirado a la manera de las Escrituras.
Bunyan, en solo 200 páginas, ha dicho más que muchos eruditos en 1000 páginas. Cada página exuda la Biblia. La Biblia es el perfume y el aire que se respira en el ambiente de El peregrino. J. Gresham Machen dijo de éste hermoso libro: “Este, el más tierno y teológico de los libros, palpita con vida en cada palabra”.
No diré que es una lectura obligatoria; solo la Biblia lo es. Pero sí diré que recibirás mucho beneficio al leerlo. Con justa razón es que el conocido predicador del avivamiento de El Gran Despertar, George Whitefield, dijo de él: “El progreso del peregrino es leído con el más grande placer”. Y tú serás edificado, confortado, animado y reprendido al leer sus páginas. En verdad te ahorrarás muchos dolores si pones en práctica sus enseñanzas. La vida de incontables cristianos ha sido consolada y animada al leer este clásico puritano.
La sabiduría que contiene muestra la sabiduría obtenida en el horno de la aflicción de su autor, la cual Dios forja en el alma de Sus hijos para hacerlos como a Su Hijo. John Newton, el autor del famoso himno cristiano “Sublime Gracia”, dijo de El peregrino: “Encuentro este libro tan lleno de sustancia, que raramente puedo pasar por más de una página o media página a la vez”.
Espero que, al leerlo, puedas decir junto con el autor: “¡Mi solaz y mi dicha comenzó! ¡Bendita cruz! ¡Bendita sepultura! ¡Y más Bendito quién por mí murió!”
Por Christianós Doulos
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