El conocimiento de Dios
Eugenio Piñero
Mientras mayor sea nuestro conocimiento de Dios, más temible y adorable Él será para nuestras almas. Si el conocimiento que Dios revela de Sí mismo en la creación, en Su providencia y especialmente en Su Palabra, no continúa creciendo, el alma no tendrá la luz que necesita para su crecimiento espiritual, santificación, guía y, sobre todo, para poder servir y glorificar a Dios.
Entonces, prestemos atención a las palabras del profeta:
«Así dice el Señor: No se gloríe el sabio de su sabiduría, ni se gloríe el poderoso de su poder, ni el rico se gloríe de su riqueza; mas el que se gloríe, gloríese de esto: de que me entiende y me conoce”» (Jeremías 9:23-24).
El conocido escritor cristiano, A.W. Pink, acertadamente escribió:
«El salvador conocimiento espiritual de Dios es la mayor de las necesidades de toda criatura humana. El fundamento de todo conocimiento verdadero de Dios ha de ser la clara comprensión mental de Sus perfecciones, tal como se revelan en la Sagrada Escritura. No se puede servir ni adorar a un Dios desconocido, ni depositar nuestra confianza en Él.
Necesitamos algo más que un conocimiento teórico de Dios. El alma sólo conoce verdaderamente a Dios cuando se rinde a Él; cuando se somete a Su autoridad, y cuando Sus preceptos y mandamientos regulan todos los detalles de la vida. “Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová”. “El que quisiere hacer Su voluntad, conocerá”. “El pueblo que conoce a su Dios, se esforzará” (Oseas 6:3; Juan 7:17; Daniel 11:32)».
De Arthur W. Pink, Los atributos de Dios