Características de una adoración trivial
Características de una adoración trivial
Víctor B. García
Los americanos juegan un juego llamado “trivia” que consiste en preguntas variadas acerca de diversos temas. Algunos lo consideran educativo, pero en realidad la esencia del juego es el entretenimiento. Los temas generalmente son frívolos y las preguntas sin importancia ni relación entre sí, de modo que todo lo que se aprende son datos y curiosidades intrascendentes y desconectadas el uno del otro. De hecho, la palabra “trivia” significa algo ordinario y sin importancia, y es de aquí de donde viene la palabra trivialización, que significa hacer de algo noble y valioso una cosa vana y corriente.
Para definir las tendencias contemporáneas en la adoración a Dios, la palabra trivialización resulta muy adecuada. Y es que la adoración que debe ser un acto centrado en Dios, regido por su Palabra, lleno de reverente gratitud, de majestuosidad, reflexión, solemnidad y sobriedad, se ha ido convirtiendo en lugar de eso en una celebración centrada en la gente, regida por los gustos y la cultura moderna y que se enfoca más en satisfacer y servir de estímulo y terapia emocional a los adoradores que en honrar a Dios como Él lo prescribe y como le agrada. En otras palabras, lo que debe estar dedicado para el deleite de Dios, los hombres lo están usando para el deleite de ellos y así lo han trivializado y degradado.
Decir que las tendencias de adoración contemporánea son triviales y que no tienen que ver con una adoración centrada en Dios y regida por la Escritura, es delicado y controversial; toca fibras emocionales muy sensibles en gente que se ha vuelto adicta a sensaciones y practicas que, aunque anti-bíblicas, según ellos, son espirituales y sagradas. Sin embargo, es tema es muy necesario para los que quieren agradar a Dios y hacer las cosas con inteligencia espiritual y fidelidad a los principios bíblicos.
Para ser un poco más precisos, analicemos algunas de las características de una adoración trivializada. (Esta lista nos puede servir para hacer un chequeo acerca de hacia dónde nosotros estamos inclinados). He aquí las características de la adoración trivializada:
- Se espera que satisfaga a los participantes, es decir, considera de primordial importancia que los participantes experimenten sensaciones gratificantes y estimulantes, para lo cual se echa mano del poder de la música, del estímulo de las emociones y de la fascinación de las experiencias internas.
- Se enfoca en atraer la atención de los mundanos, esto se hace con el pretexto del evangelismo (como si la conversión dependiera del ingenio y los recursos humanos), o de la edificación espiritual de creyentes superficiales. El resultado de esto es la aparición de artistas cristianos sensuales que imitan cada estilo, ritmo y novelería mundana existente, a fin de hacer sentir a gusto a los pecadores y a conmover sentimentalmente a los cristianos adictos a las sensaciones. De aquí ha surgido una enorme industria musical cristiana que significa millones de dólares para los comerciantes de la religión.
- Es dominado por el ritmo. El ritmo es una cosa muy natural y legítima en el ser humano en su debido tiempo y momento. Pero el ritmo nunca debe dominar la música dirigida a Dios, pues estimula lo terrenal y lo extravagante, no lo sobrio ni lo espiritual. La tendencia de la adoración contemporánea es no ponerle límites al dominio del ritmo. En los casos mas extremos, se recurre al uso de tambores, timbales, bajos, tumbadoras, maracas, panderos, y encima de eso la congregación palmea. El resultado es un dominio totalmente desproporcionado del ritmo, de lo cual la gente obtiene un gran deleite, pero con muy poco entendimiento y con menos sobriedad y reverencia.
- Se hacen distinciones que dan más importancia a unas partes del culto que a otras. Se asume que el culto se divide en alabanza y predicación. Luego se dice que el tiempo de la alabanza se subdivide en coros rítmicos “de júbilo” y en coros suaves “de adoración”. Se supone que la predicación depende de la atmosfera que se haya logrado crear durante la alabanza y la adoración. Esto hace que la gente considere unas partes del culto más importantes o espirituales que las otras, rompiendo el concepto bíblico de que todo lo que se hace durante el culto es adoración.
- Es dominada por melodías superficiales. Los coritos cortos, bonitos, rítmicos, románticos, repetitivos y superficiales, sustituyen a los cánticos y los himnos majestuosos. Esto mantiene animada a la gente y la alivia de la disciplina y el esfuerzo mental que requiere concentrarse en Dios. Lo fácil, lo agradable, lo estimulante y lo superficial toma así dominio sobre lo serio, lo profundo y lo sustancioso.
- Es dominada por cantos sin sustancia en su contenido. Muchos coros parecen inspirados más por algún compositor de baladas románticas que por gente que conoce la Biblia. Los coros individualistas en los cuales abunda la palabra “yo” son más numerosos que los coros de unanimidad congregacional en los cuales se usa la palabra “nosotros”. Es más usual oír letras que hablen de lo que nosotros somos, sentimos, queremos y hacemos, que de lo que Dios es, siente, quiere y hace. Los cantos se centran más en las experiencias subjetivas, ideas o sentimientos de sus autores que en las doctrinas de la Escritura. Algunos coros no tienen coherencia aunque sean melodiosos pues la letra se hizo buscando palabras que rimaran con la música en lugar de buscar una música que se ajustara a una letra coherente y escritural. Algunos coros son simplemente herejías cantadas.
- La gente pretende adorar a Dios sin preparar sus corazones. La falta de preparación comienza con la ausencia de devoción privada y familiar en los hogares. La gente espera que el dirigente de alabanza levante el ánimo y domine el ambiente. Se supone que donde hay un buen grupo de alabanza y un dirigente hábil, talentoso y “ungido” se va a sentir la presencia de Dios. Esto contradice la Biblia. Donde hay un pueblo preparado que llega reverente y agradecido ante la presencia de Dios, no va a haber necesidad de animadores ni estímulos externos.
La Motivación y Consecuencias de Una Adoración Trivial
“Muchos cristianos trabajan como si estuvieran adorando
Juegan como si estuvieran trabajando Y adoran como si estuvieran jugando.”
Son muchos los factores que entran en juego en la trivialización de la adoración; es un asunto complejo, y cuando se examina detenidamente da lugar a discusiones interminables. Sin embargo, en las raíces de la adoración trivial y falsa siempre se encuentran al menos una de dos cosas o ambas combinadas: falta de conocimiento adecuado de Dios y rebeldía contra ese conocimiento. En la Biblia tenemos ejemplos de esta clase de personas. Gente como Caín, Nadab y Abiu, Uza, Ananias y Safira y la iglesia de Corinto ilustran claramente cómo la falta de conocimiento de Dios o la rebeldía a la verdad hacen de los creyentes y profesantes de la fe adoradores triviales, y falsos. Examinemos estos ejemplos para aprender:
Caín: Adoración voluntariosa e individualista (Génesis 4:3-8)
Caín no conocía a Dios pues era del maligno y sus obras eran malas (1ª Juan 3:12). Él adoraba con una actitud liviana, según su opinión personal. La reflexión seria acerca de las demandas de Dios, el ajustarse a esas demandas y la devoción sincera no eran cosas que le preocupaban. Cuando se dio cuenta que su ofrenda desagradó a Dios, se llenó de amargura contra su hermano y lo mató. El resultado fue un Dios santo desagradado, un hombre impío amargado (Caín) y un hombre piadoso asesinado (Abel)… La trivialización en el caso de Caín se manifestó por una adoración voluntariosa e individualista, queriendo él hacer las cosas a su propia manera.
Nadab y Abiú: Adoración profana y licenciosa (Lev. 10:1-11)
Nadab y Abiú fueron los sacerdotes hijos de Aarón que ofrecieron a Jehová fuego extraño que El nunca les mandó. Sabiendo lo que debían hacer, ellos hicieron lo que Dios no les había mandado. El resultado fue que murieron delante de Jehová. El texto sugiere la posibilidad de que entraron a ministrar embriagados al tabernáculo (Lv. 10:9), y si ése fue el caso es fácil suponer que estaban adorando con ligereza y disolución. Lo que los estaba motivando a adorar con fuego extraño era su disolución carnal y no el deseo de honrar a Dios. La trivialización en el caso de Nadab y Abiú se manifestó por una adoración profana, caprichosa y disoluta, guiada por la exaltación de sus afectos alterados por estímulos carnales. Agregar elementos extraños a la adoración, de los que Dios no había dicho nada, les pareció cosa sin importancia. Uza: Adoración liviana e irreverente (1 Cron. 13:8-10)
Uza era un hombre sincero pero superficial. Él fue culpable de liviandad e irreverencia ante Dios y a la vez fue víctima de las tendencias trivializadas y paganizadas de sus días. La degradación espiritual era tal que aun el rey David no se dio cuenta de cuanta influencia pagana había en su intento de traer el arca sobre un carro nuevo y no sobre los hombros de los sacerdotes levitas como la ley lo requería. Sin quererlo David estaba promoviendo una adoración al estilo de los paganos y no según la ordenanza divina (1 Cron. 15:13). La acción que mató a Uza era humanamente bien intencionada, pero fue desagradable a Dios. En la muerte de Uza se puede ver el celo terrible de Dios; sin embargo, es asombroso que no haya hecho morir a todos los demás, y en esto se puede ver su infinita misericordia. La trivialización en el caso de Uza se manifestó por una confianza excesiva y un concepto pobre de la majestad de Dios, que lo hizo actuar con un atrevimiento y una ligereza fatal delante de su presencia.
Ananías y Safira: Adoración fingida y exhibicionista (Hechos 5:1-11)
Ananías y Safira trivializaron la adoración a Dios entregando una ofrenda mentirosa. Quisieron lucirse como muy devotos al decir que estaban dando todo lo que les pagaron por una propiedad que vendieron. Pero eso era falso y Dios los hizo morir en cuanto se descubrió su mentira y su menosprecio al Espíritu. Ellos sabían lo que hacían, pero confiaban que los hombres no se iban a dar cuenta, olvidando que Dios sí se da cuenta. La trivialización en el caso de Ananías y Safira se manifestó por el deseo de exhibirse ante los demás, lo cual les hizo fingir y pretender hipócritamente lo que no tenían en su corazón. Obviamente les gustaba la idea de que otros pensaran lo grande que era su devoción hacia Dios.
Los Corintios: Adoración autocomplaciente e infantil (1ª Cor. 11:17-22)
Los cristianos de la iglesia de Corinto tenían la tendencia a ser carnales y superficiales. Con muy pocas palabras Pablo resumió la razón de su superficialidad: “Porque algunos no conocen a Dios. Para vergüenza vuestra lo digo.” (1ª Cor. 15:34). Ellos se apegaban a los ministros según sus gustos personales (1ª Cor. 1:12-13), usaban la Cena del Señor para su complacencia carnal (1ª Cor. 11:20-21) o usaban los dones espirituales infantil y desordenadamente (1ª Cor. 14:19-20). Además de llamarlos niños y carnales, Pablo sugirió que sus actos eran como metal que resuena o címbalo que retiñe, es decir, ruidosos pero triviales. En el caso de los corintios, la trivialización se manifestó por una actitud infantil y superficial en donde la principal motivación era la autocomplacencia, la competencia y la búsqueda de lo que provocaba las sensaciones más satisfactorias.
Como podemos ver por estos ejemplos, la adoración no debe ser tomada ligeramente, sin reflexión, ni buscando satisfacción personal.
Ejemplos Contemporáneos de la trivialización
La trivialización de la adoración comienza sutil e imperceptible, pero su naturaleza anti-bíblica conduce gradual e ineludiblemente caminos más y más peligrosos y a excesos y ridiculeces que se manifiestan en diferentes formas y matices. He aquí algunos ejemplos contemporáneos:
La Adoración Pragmática de los Ortodoxos
Detrás de la trivialización de la adoración se encuentra el pragmatismo, la idea de que, para ministrar eficazmente a la gente, la adoración debe adaptarse a las tendencias de la cultura. Este es un virus espiritual que contagia aun a iglesias y ministros apreciados por una predicación sustanciosamente bíblica. Es una mezcla extraña: orto-doxia con xeno-praxia, es decir, predicación bíblica con practicas extrañas.
Los ejemplos de esta categoría abundan, pero el movimiento neo-calvinista es uno de los más representativos. Este pregona las doctrinas históricas del calvinismo y se precia de honrar la autoridad y suficiencia de la Escritura, pero exhibe incongruencias alarmantes. Por ejemplo, tiende a minimizar los mandamientos morales como norma de vida para el creyente, por lo mismo, resta importancia a la santidad del Día del Señor; tiende también a promover una unidad institucional que sacrifica la unidad doctrinal y espiritual prescrita por la Biblia, a aprobar música como el rap, el rock y las baladas sensuales como estrategias evangelisticas y a aceptar tolerantemente influencias feministas, mundanas, socialistas, homosexuales y naturalistas disfrazadas de evangélicas.
El peligro de este sector del cristianismo es la reputación de sus lideres los cuales conservan la sana doctrina en una medida aceptable, pero abren la puerta a prácticas y conceptos incompatibles con esa doctrina y con lo que la Biblia, que ellos dicen honrar, prescribe. Por un lado, hablan lo correcto, bendicen a sus oyentes e instruyen a los ignorantes con su predicación, pero por el otro, confunden a muchos con su tolerancia, pragmatismo e ímpetu por alcanzar metas sociales y numéricas que Dios no ha señalado. Con esto también inducen a la generación de ministros jóvenes que les imitan, hacia una futura debacle espiritual. Los lideres más prestigiosos y maduros de este movimiento pueden mantener esta incongruencia bajo relativo control, pero lo que le espera a la iglesia de la próxima generación, cuando ellos ya no estén, será catastrófico si no hay conciencia del mal, arrepentimiento y corrección.
La Adoración conveniente de los Complacientes
Las tendencias hacia la trivialización no son nuevas. En su edición de Julio 1999, la revista Christianity Today, una de las más populares de los Estados Unidos, dedicó su principal artículo al tema titulado “El Triunfo de los Coros de Alabanza: Cómo las Guitarras Derrotaron al Órgano en la Guerra de la Adoración.” Entre otras cosas menciona una iglesia en Alabama que celebra cuatro servicios cada domingo. En uno se cantan himnos tradicionales, para gente grande, en el otro himnos tradicionales en un estilo contemporáneo para gente de edad mediana, en el otro (el principal) se cantan himnos tradicionales con un órgano y un coro grande para adultos de todas las edades y en el otro (al mismo tiempo que el servicio principal) se cantan cadenas de coritos pegajosos y placenteros con tambores, guitarras eléctricas y panderetas (a este grupo se le llama la Iglesia del Rock & Roll y está diseñado para niños y adolescentes). Además de eso, una vez al mes, los jóvenes celebran, a todo volumen, un servicio con canciones seculares a las cuales se les adaptan temas cristianos. Según un miembro de la iglesia, esto no es un servicio apto para cardíacos.
¿Qué es esto? Es la tendencia moderna de ajustar la adoración al gusto de los adoradores a fin de tener una iglesia exitosa. Y es que según Christianity Today “Las encuestas muestran que la gente, tanto protestante como católica, no va a la iglesia por fidelidad, obligación o gratitud, sino solamente si sus ‘necesidades’ son satisfechas.” El artículo pone en evidencia cómo el movimiento contemporáneo de adoración tiende a procurar hacer la adoración agradable a la gente, igualmente muestra que centrar en Dios la adoración no es el factor primario de este movimiento.
La Adoración Emocional de los Sensuales
En Agosto de 1994, la revista Charisma dedicó su artículo principal al evangelista Rodney Howard-Browne, quien se llama a sí mismo “el cantinero del Espíritu Santo” porque dice él “yo sirvo el vino nuevo del fervor pentecostal.” Este hombre es capaz de hacer que filas enteras de personas se caigan en las iglesias con sólo levantar su brazo. Su especialidad, sin embargo, es hacer reír a la gente sin hablar ni hacer chistes. Miles de personas en sus servicios se convulsionan por la risa, después de lo cual dicen experimentar paz y gozo sobrecogedores. Por otro lado, las iglesias que él visita reportan crecimiento, conversiones, bautismos del Espíritu Santo y sanidades. Lo que la revista no dice es qué es lo que predica Howard-Browne; eso es cosa secundaria en estos medios, donde la atmosfera emocional es lo imperativo.
¿Qué es esto? Es lo que la historia nos muestra como uno de los métodos más eficaces para mover a las masas: la histeria colectiva. Y esa histeria no necesita pruebas lógicas ni teología, sobre todo si con ella se llenan las iglesias. De hecho, Howard-Browne dice que lo que sucede en sus reuniones no se entiende con una mente analítica, y según la revista, él “difama a los que tratan de aplicarle una teología a su método.” En todo el artículo la única prueba que este hombre ofrece de que la risa que él provoca es una obra de Dios es que “cuando él (Howard-Browne) se va de las iglesias que visita, las manifestaciones de risa no se detienen sino siguen manifestándose.” Esta es otra evidencia de cómo las iglesias y predicadores tienden a definirse más por lo que hacen que la gente sienta que por lo que creen y predican.
La Adoración Extravagante de los exhibicionistas
La revista Charisma de agosto 1993 entrevistó al famoso evangelista Benny Hinn. Cuando se le preguntó sobre su práctica de soplar, tirar su saco, o mover su brazo para que la gente se cayera, él respondió: “Hay presión para provocar cosas al estar en la plataforma, especialmente en un ministerio de sanidad. La gente no viene sólo a oír la predicación. Ellos quieren ver algo. Y eso te puede distraer. Cosas como tirar el saco a veces se me sale de control y la gente pone sus ojos en eso más que en Jesús… Estas cosas atraen la atención hacia la persona y quitan a Jesús del centro…”
¿Qué significa esto? Que los promotores de las extravagancias religiosas se dan cuenta que esas cosas apartan a la gente de Jesús. Pero como al mismo tiempo atraen a la gente, ellos lo siguen haciendo (con el pretexto del evangelismo). En aquella ocasión B. Hinn dijo que trataría de corregir eso, pero hoy después de tantos años no lo ha hecho. Porque eso no es importante en estos círculos. Es un grave error imaginarse que se puede adorar a Dios y a la vez usar tácticas para hacer la adoración más entretenida y excitante; sin embargo, eso es una práctica común en nuestras comunidades religiosas. Neil Postman tiene razón cuando en su libro “Entreteniéndonos Hasta la Muerte” hace esta observación sobre el ambiente de las iglesias y las transmisiones religiosas contemporáneas:
“Los programas y servicios religiosos están llenos de buenas vibraciones; allí se celebra la opulencia. Sus lideres se vuelven celebridades porque aunque sus mensajes son triviales, los shows tienen mucha audiencia, o más bien, a causa de que los mensajes son triviales es que tienen buena audiencia. Creo que no es un error decir que el cristianismo es una religión de demandas y seriedad. Cuando se hace fácil y entretenido, ciertamente deja de ser el cristianismo verdadero.
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