El orgullo del hombre lo humillará
George Lawson
El orgullo del hombre lo humillará, pero el de espíritu humilde obtendrá honores (Proverbios 29:23).
El orgullo eleva al hombre hasta las nubes en su propia opinión, pero también lo humillará. Todos los hombres son enemigos del orgulloso, y los soberbios mismos son los más acérrimos enemigos unos de otros; porque otros vicios unen a los hombres en confederaciones y amistades, pero con frecuencia la soberbia ha puesto a los padres contra los hijos y a los esposos contra sus esposas (cf. Mt. 10:35). Dios es enemigo de los orgullosos; Él los mira con desdén y aborrecimiento, y los humilla. El orgullo mismo es enemigo de los soberbios y los derribará de los altos honores para llevarlos al más profundo pozo de la desgracia. ¿Qué fue sino el orgullo lo que llevó a Amán al patíbulo y lo que convirtió a los ángeles en demonios?
Pero los humildes de espíritu disfrutan de honores verdaderos y sólidos. Los honores de los soberbios son plumas y viento. Pronto emprenden el vuelo para no regresar jamás; pero la honra sustenta al humilde de espíritu. Su corona no está compuesta de cosas corruptibles como plata u oro, sino que es la corona de la vida (cf. Stg. 1:12), una corona inmarcesible de gloria (cf. 1 P. 5:4). Dios le exalta a la seguridad, y reinará con los ángeles por los siglos de los siglos.
Guardémonos del primer pecado del diablo y aprendamos la humildad de Aquel que era manso y humilde de corazón (cf. Mt. 11:29). Hay restos de orgullo aun en los creyentes y, si no los hacen morir, les causarán grandes daños; porque la soberbia de cualquier hombre (aunque sea tan bueno como Ezequías) le abate hasta que su espíritu se humilla por completo.
¿Por qué insistía tanto el sabio en este asunto? No porque le faltaran nuevas materias que enseñarnos, ya que su alma cubría toda la Tierra, y aquel Rey llenó el mundo de parábolas oscuras, sino porque la humildad es una lección que debemos aprender y, sin embargo, somos muy reacios a hacerlo. Nuestro Señor solía repetir este proverbio con otras palabras: “El que se ensalza será humillado, pero el que se humilla será ensalzado” (Lc. 18:14).
Extracto de “Comentario a Proverbios” por George Lawson. Reservados todos los derechos. Este libro está disponible en Cristianismo Histórico.