El testigo falso
George Lawson
El testigo falso no quedará sin castigo, y el que cuenta mentiras no escapará (Proverbios 19:5).
El testigo falso produce en su prójimo una de las heridas más graves, y su comportamiento es una de las deshonras más grandes que se pueden hacer contra Dios. Quebranta de un golpe los dos grandes mandamientos, amar a Dios y amar a su hermano y, por tanto, merece un castigo severo (cf. Dt. 19:16-21). Pero si escapa del castigo del magistrado, Dios le castigará con la pérdida de su honor entre otras desgracias en esta vida o, al menos, le hará padecer el castigo eterno en la otra; porque los que dan falso testimonio contra sus prójimos son abominación al Señor, ¿y cómo podrán escapar (cf. Pr. 6:19)?
Salomón coloca aquí a los mentirosos en la misma categoría que a los testigos falsos, porque son tan parecidos que el noveno mandamiento, que prohíbe expresamente dar falso testimonio, también prohíbe, si hacemos una buena interpretación del texto, cualquier cosa que vaya en perjuicio de la Verdad; y los que se permiten decir mentiras en una conversación corriente, con toda probabilidad también darán falso testimonio y lo confirmarán apelando al Cielo cuando la tentación sea lo bastante fuerte. Puede que algunos mentirosos esperen salvarse porque sus mentiras no son con mala intención, pero cuando hacen el mal para que venga el bien, se exponen a una condenación justa (cf. Ro. 3:8). “Todos los mentirosos [dice nuestro Juez] tendrán su herencia en el lago” infernal (Ap. 21:8).
Extracto de “Comentario a Proverbios” por George Lawson. Reservados todos los derechos. Este libro está disponible en Cristianismo Histórico.