El ateísmo es una doctrina destructiva
Daniel Chamberlin
¿Qué significa esta doctrina para nosotros? ¿Qué deberíamos aprender de ella?
Tiende a destruir el mundo en su conjunto. Los fundamentos mismos de una sociedad ordenada descansan sobre el conocimiento y el temor de Dios. Sin Él no puede haber una norma absoluta del bien y del mal. La conciencia del hombre se vuelve insensible. Todo hombre persigue sus propios deseos pecaminosos, egoístas y desenfrenados. El hombre se convierte en un monstruo. La sociedad se vuelve una jungla de anarquía o tiranía. La tierra se convierte en un infierno. ¡Qué cruel es el ateísmo! El ateísmo destruye al ateo mismo. Eliminando toda amenaza de castigo y promesa de recompensa, queda reducido al nivel de un mero animal. En tal caso, la esperanza se pierde, así como toda posibilidad de verdadera felicidad. El único propósito que permanece en la vida es una gratificación momentánea, independientemente de la forma ilegal en que se pueda lograr. Por otra parte, cuanto más consciente sea el hombre de Dios, más inocente, inofensivo y útil es en este mundo.
Todos los derechos reservados.