¿De qué forma asiste usted a la iglesia?
Abraham Kuyper
“Imagine que va usted a la iglesia, pero de tal manera que ocupa su asiento allí sin sentir apego alguno por la congregación. Está perdido en sus propios pensamientos; por su cabeza pasan todo tipo de asuntos mundanos y, así, deja de experimentar por completo la comunión de Dios. Sale de la iglesia descontento; ha sido una pérdida de tiempo, sin propósito, y se va a su casa desagradecido, casi irritable e insatisfecho. Ha asistido a la iglesia pero tan solo porque es un hábito, como siervo de la costumbre, como un conformista servil; no hubo realidad ni disfrute del alma, ni fortalecimiento del corazón.
Pero esto puede ser muy distinto. Hay veces cuando, en la casa de oración, su amor por los demás miembros vibra en su corazón; usted es capaz de apartarse de las cosas mundanas, siente un tirón en el alma por las cosas que están arriba. Entonces siente una liberación de su propio ser mientras ora y canta himnos, y escucha las amonestaciones y la predicación; es conducido a la comunión y el encuentro con Dios para que su corazón beba del manantial desbordante que embriaga el alma de amor espiritual. Cuando esto sucede, experimentará en efecto la abundancia de gozo; entonces, su asistencia lo conmoverá hasta el éxtasis y se sentirá edificado, fortalecido, y sentirá la nota de amor y de alabanza que vibra en su corazón durante todo el día”.
—Abraham Kuyper, Our Worship (1911 en holandés; 2009 en inglés)
Cortesía del Pastor D. Scott Meadows