El que halla esposa halla algo bueno
George Lawson
El que halla esposa halla algo bueno y alcanza el favor del SEÑOR (Proverbios 18:22).
En los días de su inocencia, no era bueno que el hombre estuviera solo, y ahora es aún más necesaria esa ayuda idónea, en medio de estas calamidades que amargan la vida de los hombres caídos (cf. Gn. 2:18); porque “más valen dos que uno solo […]” (Ec. 4:9) ya que, cuando uno de ellos tropieza con un infortunio el otro está listo para darle auxilio.
No hay duda de que esa esposa que es podredumbre en los huesos de su marido (cf. Pr. 12:4) es algo malo, porque el pecado y la necedad convertirán las bendiciones más exquisitas de la vida en cargas opresivas. Tal mujer no merece este título cariñoso.
La mujer buena es algo excelente, y hay que buscarla como don del Señor. Cuando Abraham quiso encontrar esposa para su hijo, oró a Dios. Su siervo también pidió a Dios su guía, e Isaac salió a los campos a meditar y probablemente también a orar.
El hombre que ha hallado esposa ha alcanzado el favor del Señor y debería reconocérselo con acción de gracias. Fue Dios quien hizo a la mujer para el hombre, y Él ha preservado la igualdad entre los sexos por su providencia, ha instituido el matrimonio y guía a cada hombre hasta su propia mujer, y dispone el corazón de ella para que acceda a esta tierna unión. Si tenemos la obligación de dar gracias a Dios por los deleites de la amistad, ¡cuánto agradecimiento no le debemos por los placeres de la unión más deleitosa que existe, en que los dos son hechos una sola carne (cf. Ef. 5:31)!
Extracto de “Comentario a Proverbios” por George Lawson. Reservados todos los derechos.