Se necesita de la gracia de Dios
Mark Kelderman
Es probable que la mayoría de nuestros lectores viva en la sociedad occidental y en el contexto norteamericano. Las últimas elecciones en los Estados Unidos han subrayado la gran necesidad que tiene la iglesia, y también cada creyente, de no solamente reconocer su lugar en este mundo, sino de vivir según su llamado. No debemos darle al Estado la lealtad que le debemos a Dios; no debemos vivir como este mundo lo hace, más bien debemos vivir de la manera que Dios nos ha llamado a vivir. Al reflexionar acerca de las condiciones actuales del mundo, podemos ser propensos a entregarnos a la frustración o al desaliento y así darnos por vencidos. A pesar de esto, al considerar las Escrituras y también la historia, rápidamente encontramos que, a través de las edades, Dios le ha concedido a su pueblo la capacidad y la fortaleza para resplandecer en cada generación, sin importar cuán oscuro y triste haya sido el clima espiritual.
Permíteme presentarte dos ilustraciones. La primera es la vida de José. Los hermanos de José lo vendieron como esclavo y él quedó inmerso en una cultura que era completamente pagana. Pronto fue encarcelado, pero Dios estaba con él, y sin duda él también caminaba con Dios, y por esta razón José no solamente vivió de una manera santa, sino que también ascendió a la posición de segundo en el reino. ¿Cómo pudo gobernar y vivir con piedad, honestidad y amor en una cultura como la de Egipto?
O miremos el ejemplo de Daniel. Daniel también fue separado a temprana edad de sus padres y de su país y colocado en medio de una cultura que estaba diseñada para cambiarlo a él y a sus amigos. Pero, por la gracia de Dios, él tomó la decisión de permanecer firme. Fue continuamente desafiado y puesto a prueba por sus enemigos y por las decisiones difíciles que tuvo que tomar, pero a pesar de todo permaneció firme.
Es posible que tú no seas ni un José ni un Daniel…¿o es posible que lo seas? Algunas veces ponemos a estos hijos de Dios en un pedestal lejos de nuestro alcance. Miramos todo lo que han logrado y nos preguntamos si algún día podremos servir a Dios de esa misma manera. Hay dos cosas que debes tener en mente. Primero, considera las palabras de Jesús cuando dijo, “El que es fiel en lo muy poco, es fiel también en lo mucho”. Para algunos, resistir la tentación de asistir a una fiesta o de escuchar música pecaminosa requiere que Dios nos dé el mismo nivel de gracia que necesitaron Daniel y sus amigos o que necesitó José ante la esposa de Potifar. Dios te llama a vivir con todo tu corazón y toda tu vida consagrada a Él, sin importar las circunstancias en las que te encuentres. Busca la gracia de Dios por medio de Jesucristo y no serás decepcionado. Si caes, no te desanimes, más bien huye a Cristo una y otra vez. Aférrate a Él. Ponte de pie y sigue corriendo la carrera, con tus ojos puestos en Él.
En segundo lugar, no es a todos que Dios distingue de manera pública como si fueran un Daniel o un José, pero esto no significa que nuestras vidas carezcan de importancia. Hay un incalculable grupo de personas que han sido como Daniel y José en sus respectivas generaciones, aunque todavía no conocemos sus nombres. Un día, cuando sepamos quienes son los habitantes del cielo, se conocerá el número exacto de personas que en realidad fueron como Daniel y como José. En otras palabras, la responsabilidad que tú y yo tenemos es hacer lo que Dios nos está llamando a hacer hoy. ¿Quién sabe si tú eres aquel que Dios está llamando para proclamar su nombre y su gloria en tu generación?
Entonces, ¿cómo debemos vivir? Este será el tema de los próximos artículos que publicaremos aquí. Nuestra oración y deseo es que Dios levante a jóvenes dedicados a Dios en nuestros tiempos quienes, mientras vivan en el entorno pagano de hoy, sean un testimonio a esta generación y la conduzcan a la Palabra inmutable de Dios por medio de sus palabras y su ejemplo. Es nuestro anhelo que tú, por la gracia de Dios, seas un instrumento para tornar la ola de impiedad y volverla en justicia y verdad.
Uno de los primeros temas que abordaremos es el ámbito de las relaciones y los pecados sexuales. Los cristianos de hoy en día se enfrentan con la realidad de vivir en la Sodoma y Gomorra actuales. Pero ¿Cómo debemos actuar? ¿Cómo debemos llevar a cabo nuestras relaciones en un contexto como este? Por supuesto, la pregunta lógica es la siguiente: Si hemos de testificar a este mundo, ¿cómo lo podemos hacer sin comprometer nuestras convicciones? Esto también significa que muchos de ustedes necesitan buscar, deliberadamente, la manera de ocupar cargos de responsabilidad en este mundo. ¿Cuántos de ustedes están considerando de forma seria el trabajar, por ejemplo, en los medios de comunicación, que están ejerciendo un impacto tremendo en la opinión pública? ¿Cómo debemos presentar el evangelio en un mundo que se caracteriza por lo que es breve y requiere poca atención y pensamiento?
…Permitamos que las Escrituras sean nuestra guía en este viaje:
“Porque la gracia de Dios se ha manifestado, trayendo salvación a todos los hombres, enseñándonos, que negando la impiedad y los deseos mundanos, vivamos en este mundo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesús, quien se dio a sí mismo por nosotros, para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo para posesión suya, celoso de buenas obras” (Tito 2:11-14 LBLA). Esta gracia se nos otorga por medio de Jesucristo. Nos salva, nos instruye, nos cambia. Esta es la gracia que necesitamos hoy en día.
El pastor Mark Kelderman es Decano de los estudiantes y de formación espiritual en el Puritan Reformed Theological Seminary [Seminario Teológico Puritano Reformado] en Grand Rapids, Michigan, y estudiante para el doctorado en el Calvin Theological Seminary [Seminario Teológico Calvino] en Grand Rapids, Michigan.
Este artículo fue publicado por primera vez en Banner of Sovereign Grace Truth en el año 2013. Lo publicamos en Reflexiones con permiso de Banner of Sovereign Grace Truth. Traducción de IBRNJ, todos los derechos reservados © 2015.