Defensa de la paternidad de Dios (1)
Mark Kelderman & Maarten Kuivenhoven
En la próxima serie de artículos nos gustaría tratar la paternidad de Dios. Tal vez te preguntes por qué ocuparnos de un tema tan esotérico teniendo en mente a los jóvenes. Es necesario entender correctamente la paternidad de Dios por tres razones. En primer lugar, que entendamos este asunto tan importante afecta a nuestra relación con Dios y a nuestra forma de pensar sobre Él. En segundo lugar, nos ayuda a comprender el mundo y la cultura en la que vivimos y es beneficioso a la hora de formar una respuesta para este mundo caído que distorsiona la paternidad divina. En tercer lugar, estudiar este tema nos ayuda a entender el papel bíblico de los géneros que Dios nos ha dado como individuos únicos, creados con diferencias y roles distintos en la vida.
Muchos de ustedes están asistiendo a la universidad o trabajan en el ámbito público donde se encuentran bajo todo tipo de influencias, ya sea por medio de novelas populares o de personas de otras creencias. El mundo distorsiona el punto de vista bíblico de la paternidad de Dios cuando enseña que también se puede pensar en Él como en una Madre divina o Progenitores (madre y padre) divinos. En el corazón de estas creencias tergiversadas se halla un deseo mal dirigido por la igualdad y la inclusión. En nuestra cultura existe el fuerte empuje de colocar a hombres y mujeres en pie de igualdad en lo tocante a los papeles de los géneros. Por supuesto, es necesario que recordemos que, a la vista de Dios, ambos tienen el mismo valor; no obstante, en términos de cómo funcionan dentro de la sociedad, en la familia y en la iglesia, las Escrituras establecen claras diferencias. Y son precisamente estas las que los corazones pecaminosos quieren eliminar. A esto le acompaña el anhelo de rehacer a Dios según estos términos.
Otro pilar que respalda este falso criterio de la paternidad de Dios es el relativismo. Según esta filosofía, podemos volver a crear a Dios y creer en él de acuerdo con nuestra propia comprensión. Esta es una visión destructiva sobre Dios, porque nuestra mente y nuestro corazón son pecaminosos y siempre están buscando formas de imponernos a Él.
El tercer pilar que sostiene una visión no bíblica de la paternidad divina es el empuje feminista de reinterpretar la Biblia a la luz de una filosofía feminista. Como en ningún sitio se habla de Dios como mujer, este movimiento desea abrirle hueco a una madre divina, o padres (padre y madre), y así «destruir» el énfasis masculino de la Biblia.
Estos tres movimientos se enseñan abiertamente, en las plazas públicas de la universidad y de la sociedad, y, como jóvenes que son ustedes, es necesario que sean conscientes de estas influencias; si se aceptan, aun en lo más mínimo, afectarán a la forma en que ustedes piensan sobre Dios, y, en especial, sobre Su paternidad.
Tal vez se pregunten quién podría en realidad sostener semejante creencia. El mormonismo posee las semillas de un criterio de este estilo en lo que enseñan sobre Dios. En Articles of Faith [Artículos de fe] de James Talmadge, los mormones enseñan que hay una madre dios. Asimismo, en el libro Mormon Doctrine [Doctrina mormona], sostienen que Dios está casado con su esposa diosa y que tiene hijos espíritus. En las creencias de la Nueva Era también se representa a Dios como madre: la madre naturaleza da a luz a sus hijos.2
Muchos de ustedes habrán escuchado hablar de las novelas populares The Shack [La cabaña] y The Da Vinci Code [El código Da Vinci], o tal vez las hayan leído. Ambas popularizan la opinión de que Dios es femenino. En The Shack [La cabaña], se retrata a Dios de la manera siguiente: «Papa, cuyo nombre real es Elousia (término griego para ternura), aparece en forma de voluminosa y matronal (maternal) mujer afroamericana (aunque, cerca del final del libro y porque Mack requiere una figura paternal, ella se convierte en un hombre de pelo canoso recogido en una cola de caballo)… A Dios Espíritu Santo lo interpreta Sarayu (sanscrito para aire o viento), una pequeña y ecléctica mujer de ascendencia asiática. Mac también se reúne por algún tiempo con Sophia, quien, como la Señora Sabiduría de Proverbios, es la personificación de la sabiduría de Dios».3 El autor de The Shack [La cabaña] usa la voz de Dios para explicarle a Mackenzie, el personaje principal, el misterio de la Deidad: «Mackenzie, no soy hombre ni mujer, aunque ambos géneros se derivan de mi naturaleza. Si decido aparecer ante ti como hombre o mujer es porque te amo. Para mí, aparecer ante ti como mujer y sugerir que me llames “Papá” es simplemente combinar metáforas para ayudarte a no recaer tan fácilmente en tu condicionamiento religioso».4 En la novela The Da Vinci Code [El código Da Vinci], se representa a Dios como «lo sagrado femenino».5
Mantén en mente estos criterios diferentes y, la próxima vez, Dios mediante, veremos cómo hasta las denominaciones cristianas creen en estos falsos puntos de vista sobre la paternidad de Dios y empezaremos a formar una respuesta a ellos.
Notas:
1. Para lecturas adicionales, Matt Slick, «What Does Mormonism Teach?». CARM: Christian Apologetics and Research Ministry, http://carm.org/teachings-of-mormonism. Accessed August 20, 2014.
2. Nancy Leigh DeMoss, «Our Mother? The Lord’s Prayer, Part 1», Revive our Hearts, http://www.revivewourhearts.com/radio/revive-our-hearts/our-mother-1/#disqus_thread, consultado el 20 de agosto, 2014
3. Tim Challies, «A Reader’s Review of The Shack», 3. http://www.challies.com/theology/the-shack-by-william-p-young. Consultado el 20 de agosto 2014.
4. Challies, «A Reader’s Review of The Shack», 15.
5. DeMoss, «Our Mother?». Consultado el 20 de agosto 2014.
Mark Keldermann es Decano de Estudiantes y de Formación Espiritual en el Seminario Teológico Puritano Reformado. Marten Kuivenhoven es pastor de la Heritage Netherlands Reformed Congregation de Grand Rapids, Michigan, y estudiante doctoral en el Seminario Teológico Calvino, Grand Rapids, Michigan. Siéntete libre de enviar un correo electrónico a cualquiera de ellos: makelderman@puritanseminary.org; kuivenhoven.maarten@gmail.com
Este artículo es publicado en Reflexiones con permiso de Banner of Sovereign Grace Truth. Traducción de IBRNJ, todos los derechos reservados © 2014.