El decálogo para la era digital (6): ¿Autoridad Bíblica o Digital?
Mark Kelderman & Maarten Kuivenhoven
El concepto de autoridad en el hogar, en la sociedad y en el trabajo ha atravesado tiempos difíciles, en particular en la era digital, donde la tecnología ha empezado a dominar a algunos. Este artículo es un llamado a regresar a las estructuras bíblicas de autoridad y a llevarlas a influir en el uso que hacemos de la tecnología. Al considerar la disposición de la autoridad en nuestro mundo, Pablo nos proporciona una clara indicación en 1 Corintios 11:3 de cuáles él entiende son los niveles de autoridad. “Que la cabeza de todo hombre es Cristo, y la cabeza de la mujer es el hombre, y la cabeza de Cristo es Dios.” El orden es claro: Dios, Cristo, hombre, mujer, y, podríamos añadir, niño.
A veces parece que nuestra sociedad ha elevado la información hallada en Wikipedia y Google por encima de la Palabra de Dios. En lugar de someterse a la autoridad de esta última, las personas se atrincheran en la creencia de que las computadoras son la máxima autoridad. Una cómica ilustración de esto ocurrió cuando alguien robó algunas mantas en un centro misionero. Varios de los indígenas que allí se encontraban le sugirieron al misionero que “buscara sencillamente en Internet para descubrir quién lo había hecho”. Para nosotros, era una respuesta obviamente ridícula, pero me temo que muchos, de maneras más sutiles, se están apartando de la Palabra de Dios para someterse a otras autoridades digitales.
Esto es una espada de dos filos. Por una parte, cuando los cristianos se involucran en el uso correcto del mundo digital, pueden usar este recurso para llevar la Palabra de Dios a otros. Por otra parte, cuando se elevan tantas ideas y enseñanzas al mismo nivel que la Palabra de Dios, se está silenciando la autoridad de esta. Por la cantidad de información de la que disponemos en nuestra era digital y porque las personas afirman hablar con autoridad por todo el Internet, en nuestros días necesitamos el don especial del discernimiento para poder mantener el equilibrio adecuado. Si no estamos fundados en la Palabra de Dios y no tenemos a Cristo como nuestra cabeza y maestro, estamos expuestos al engaño a cada paso. El designio de Dios es que los jóvenes acudan al liderazgo y la autoridad de los líderes de la iglesia y los padres en el hogar, quienes están bajo la autoridad de Cristo.
Hoy día existe una distribución, diaria y a cada hora, de información, desinformación y engaño por medio de varios aparatos digitales. Si no te aferras a la autoridad de la Palabra de Dios como fundamento sobre el cual estás firme, serás barrido por todo viento de doctrina al que te enfrentes. Existe un creciente movimiento en algunas iglesias y en el Internet que opina que las estructuras tradicionales de autoridad de nuestra cultura son cosa del pasado. Se siente la tentación de creer que por fin hemos alcanzado la mayoría de edad como sociedad. Sin darnos cuenta, nos sometemos a la “autoridad” de otra voz que no es la de Dios.
También existe la tentación de minimizar la sabiduría de la generación anterior que tal vez no pueda proporcionar una respuesta inmediata a la última pregunta que se está debatiendo, mediante su iPhone y una aplicación de Google; pero si somos de Cristo, entendemos que Él nos llama a ponernos bajo la autoridad de aquellos que Él ha puesto por encima de nosotros. Esto quiere decir que nos sometamos a ellos confiando que, incluso en su debilidad y su falta de conocimiento en algunos ámbitos, Dios los va a usar para ayudarnos a crecer a la semejanza de Cristo. Nuestro Señor sabía todas las cosas, pero, a pesar de ello, se humilló hasta convertirse en un niño pequeño y someterse a la autoridad de sus padres. Ciertamente José y María no lo hicieron todo bien ni de la forma más actualizada, pero nuestro Señor se humilló y, por medio de este sufrimiento, incluso aprendió la obediencia. ¡Cuánto más nosotros, pecadores, necesitamos corrección y dirección! En su sabiduría, Dios nos da a aquellos que tienen autoridad sobre nosotros para que nos lleven a Él mismo. Son responsables ante Cristo y ante Dios. Tómate unos pocos minutos para reflexionar si cuestionas la autoridad de la Palabra de Dios y a aquellos que Dios ha colocado sobre ti. Pregúntate si el mundo digital te ha distraído de tu obediencia a su autoridad.
Mark Keldermann es Decano de Estudiantes y de Formación Espiritual en el Seminario Teológico Puritano Reformado. Marten Kuivenhoven es pastor de la Heritage Netherlands Reformed Congregation de Grand Rapids, Michigan, y estudiante doctoral en el Seminario Teológico Calvino, Grand Rapids, Michigan.
El decálogo para la era digital I: ley y evangelio
El decálogo para la era digital II: ¿Es Google Dios?
El decálogo para la era digital III: ¿Ante quién nos inclinamos?
El decálogo para la era digital IV
El decálogo en la era digital V: Descanso digital
El adulterio digital
Este artículo es publicado en Reflexiones con permiso de Banner of Sovereign Grace Truth. Traducción de IBRNJ, todos los derechos reservados © 2014.