5 Peligros de los jóvenes
J.C. Ryle
1. El orgullo
No confíes demasiado en tu propio juicio. Deja de estar seguro de llevar razón siempre y de que los demás están equivocados. Desconfía de tu propia opinión cuando veas que es contraria a la de un hombre mayor que tú, y especialmente a la de tus propios padres. La edad proporciona experiencia y, por tanto, merece respeto. Fue una señal de sabiduría en Eliú —el del libro de Job—que “[esperara] a Job en la disputa, porque los otros eran más viejos que él” (Job 32:4).
2. El placer
La juventud es el momento en que nuestras pasiones son más intensas; y, como hijos revoltosos, gritan más fuerte pidiendo que se les deje vía libre. La juventud es el momento en que generalmente tenemos más fuerza y salud, parece que la muerte es más lejana y que disfrutar de esta vida lo es todo. La juventud es el momento en que la mayoría de las personas tienen escasas preocupaciones y angustias terrenales que ocupen su atención. Y todas estas cosas contribuyen a que los jóvenes no piensen en otra cosa más que en el placer. “Sirvo a los deseos y placeres”, esa es la verdadera respuesta que debieran dar muchos jóvenes si se les preguntara: “¿A quién sirves?”.
3. La falta de reflexión
La ausencia de reflexión es una sencilla razón de que miles de almas se pierdan para siempre. Los hombres no quieren considerar, prever, mirar a su alrededor, reflexionar sobre el fin de su curso actual y las consecuencias seguras de su comportamiento actual y, por tanto, no despiertan ni descubren que están condenados por falta de reflexión. Joven, no hay nadie más amenazado por este peligro que tú. No sabes gran cosa de los peligros que te rodean, y por ello andas descuidadamente. No soportas las dificultades de un pensamiento sobrio y tranquilo y, por tanto, adoptas las decisiones equivocadas y te precipitas al dolor.
4. Desprecio a la religión
Otro peligro para los jóvenes es el desprecio a la religión. Este es también uno de tus peligros específicos. Siempre observo que no hay nadie que manifieste tan poco respeto por la religión como los jóvenes. Nadie participa tan poco de los medios de gracia; nadie asiste tan poco a nuestros cultos, si es que asisten alguna vez; nadie utiliza tan poco la Biblia y los libros de oración, nadie canta tan poco ni escucha menos la predicación. Nadie falta tanto a las reuniones de oración, a los estudios y a todas las ayudas semanales para el alma. Los jóvenes parecen pensar que no necesitan estas cosas, que quizá estén bien para los hombres y las mujeres mayores, pero no para ellos. Parecen avergonzarse de aparentar que se preocupan por sus almas: uno casi piensa que consideran una desgracia ir al Cielo.
5. Miedo a la opinión del hombre
“El temor del hombre pondrá —ciertamente— lazo” (Proverbios 29:25). Es terrible observar el poder que tiene sobre la mayoría de las mentes, y especialmente sobre las mentes de los jóvenes. Pocos parecen tener opiniones propias o pensar por sí mismos. Como peces muertos, van con la corriente y con la marea: consideran correcto lo que otros consideran correcto; lo que para otros es erróneo, también lo es para ellos. No hay muchos pensadores originales en el mundo. La mayoría de los hombres son como ovejas: siguen a alguien que dirige. Si la moda de la época fuera ser romanistas, serían romanistas; si fuera ser musulmanes, lo serían. Les asusta ir a contracorriente de la época. En pocas palabras: la opinión de la época se convierte en su religión, su credo, su Biblia y su Dios.