Donde no hay buen consejo
George Lawson
Donde no hay buen consejo, el pueblo cae, pero en la abundancia de consejeros está la victoria (Proverbios 11:14).
En lo que se refiere a nuestras preocupaciones particulares, es peligroso confiar en la propia sabiduría, por lo que debemos tratar de buscar el consejo de amigos sabios y fieles para cualquier cuestión importante de la vida. Pero en asuntos de Estado, la desgracia pública será la consecuencia inevitable cuando el soberano no es lo bastante sabio para apreciar la necesidad de pedir consejo a los sabios y seguirlo. Y si pide el consejo de los sabios, y a pesar de todo sigue el de los necios, no es mejor que Roboam, que por conducirse de esta forma dividió su reino y, de no haber sido por la bondad y la fidelidad de Dios hacia David al reservar dos tribus para su nieto, lo habría perdido por completo.
Salomón tuvo sabiduría no solamente para enseñar esta máxima, sino para practicarla. Él tenía consejeros sabios bajo cuyo mando pereció después su reino, y sus consejos podrían haberlo conservado en manos de su hijo. Pero Dios mismo hace que se encaprichen aquellos a quienes pretende castigar; y no hay prueba más clara de obstinación que cuando los hombres presumen de su propio sentido común, o cuando prefieren el consejo de los vanos y los necios al de los sobrios y los sabios.
Grande es el juicio con que Dios visita una región cuando quita a los consejeros sabios y fieles del gobierno de los problemas del territorio (cf. Is. 3). En nuestra intercesión por los reyes pidamos, pues, para que Dios les rodee de buenos consejeros y les conceda sabiduría para hacer buen uso de sus indicaciones.
Extracto de “Comentario a Proverbios” por George Lawson. Reservados todos los derechos. Este libro está disponible en Cristianismo Histórico.