Emanuel
Emanuel es uno de los nombres más preciosos de Cristo. Es una combinación de dos palabras hebreas que, juntas, significan “Dios con nosotros”. El Evangelio de Mateo explica que Cristo recibió este nombre en cumplimiento de la profecía del Antiguo Testamento.
Para muchas personas, el nombre Emanuel tiene un sonido hermoso que sugiere consuelo y esperanza en tiempos de aflicción. Sin embargo, este nombre posee mayor sustancia y relevancia. El aliento que los cristianos pueden obtener de este nombre no es una mera impresión vaga o una emoción pasajera; es la verdad que le ha atribuido una gloriosa belleza y una amplia gama de bendiciones.
La hermosura de Emanuel
La Biblia usa el nombre Emanuel sobre todo en relación con la encarnación de Cristo. La primera vez que oímos este nombre es cuando Isaías profetizó el nacimiento virginal de Cristo: “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emanuel” (Is. 7:14).
Isaías le transmitió estas palabras a Acaz, rey de Judá, a quien amenazaban todas las naciones de su alrededor. Cuando lea el contexto, usted descubrirá que, lamentablemente, este rey no tenía el más mínimo interés en que Dios estuviera con él. A pesar de ello, Isaías le dijo que una persona llamada “Dios con nosotros” vendría. Cuando se cumpliera el tiempo, Cristo se encarnaría para poder traernos la presencia de Dios. Nacería de una virgen, escapando así a la corrupción del linaje davídico aunque seguiría siendo hijo de David.
Cristo es un Salvador encarnado. Esta es la hermosura de Emanuel. No vino como ángel ni como espíritu que se manifestara de vez en cuando. Se hizo hueso de nuestros huesos y carne de nuestra carne. Ninguna otra religión puede aportar semejante consuelo y esperanza.
Las bendiciones de Emanuel
El Hijo de Dios tomó para Sí nuestra naturaleza; por tanto, en Su nombre, Emanuel, están representadas millares de bendiciones:
1. Él es “Dios con nosotros” para reconciliar a los pecadores con Dios. El hombre nace aislado de Dios, y Él no puede tener comunión con este por causa del pecado. Pero Emanuel vino a salvar a Su pueblo de sus pecados (Mt 1.21). Dio Su vida como ofrenda para que los pecadores pudieran ser llevados de nuevo a la comunión con Dios (1 Jn. 1:3). En la cruz, pudo prometer al ladrón arrepentido que estaría con Él en el Paraíso (Lc. 23:43), es decir, en comunión con Dios.
2. Él es “Dios con nosotros” para guiar, capacitar y expandir a Su iglesia. Al haber ascendido al cielo, Cristo ya no está físicamente con los creyentes aquí en la tierra. A pesar de ello, como expresa el Catecismo de Heidelberg de una forma tan hermosa: “En cuanto a su deidad, majestad, gracia y espíritu en ningún momento está ausente de nosotros” (Pregunta y Respuesta 47). Al final del Evangelio de Mateo, Emanuel prometió a Su iglesia: “He aquí, yo estoy con vosotros todos los días” (Mt. 28:20).
3. Él es “Dios con nosotros” para consolar a Su pueblo. Piense en el Salmo 46, que describe de un modo tan hermoso la alentadora presencia de Dios en medio de circunstancias verdaderamente caóticas. Es “nuestro pronto auxilio en las tribulaciones” (v. 1). Los cristianos no tienen por qué temer, ni siquiera cuando la tierra tiemble y los reinos bramen. La presencia de Dios con Su pueblo es constante: “El Señor de los ejércitos está con nosotros” (vv. 7, 11). Creyente, Dios está cerca de ti, para ayudarte y protegerte.
4. Él es “Dios con nosotros” para conducir a Su pueblo a la gloria. Leemos en Apocalipsis 21:3 acerca de los nuevos cielos y de la nueva tierra, donde “Dios mismo estará entre ellos”. En gloria, la presencia de Dios con Su pueblo será perfecta e ininterrumpida. Apocalipsis 22.4 nos dice que hasta veremos su rostro.
¿Crees la hoja de servicio que Dios le ha dado a Emanuel? ¿Ves lo bajo que Cristo se inclinó para ser “Dios con los pecadores”? ¿Experimentas las bendiciones de “Dios con nosotros”? Solo podemos poseerlas por medio de un nuevo nacimiento de lo alto. Su nacimiento nos llama a preguntarnos: ¿He nacido de nuevo? Si es así, Él es su Emanuel.
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Dr. Gerald M. Bilkes es Catedrático de Antiguo y Nuevo Testamento en el Seminario Teológico Puritano Reformado y un ministro ordenado de las iglesias Independientes Reformadas de Norteamérica. Reeditado de Tabletalk [Conversaciones de sobremesa].
Publicado en Reflexiones con permiso de Banner of Sovereign Grace Truth. Traducción de IBRNJ, todos los derechos reservados © 2013.