Se necesita la gracia de Dios: la soltería
Mark Kelderman & Maarten Kuivenhoven
Con frecuencia se considera que la soltería es no llegar al matrimonio. Se considera que aquellos que, durante un período de tiempo, forman parte de esta categoría se están perdiendo parte de su identidad. Sin embargo, 1 Corintios 7 destruye este estereotipo de soltería. Ni el matrimonio ni estar soltero nos definen en última instancia; en verdad, nuestra identidad radica en la relación que tengamos con Jesucristo, o en la falta de ella.
En 1 Corintios 7:7-8 Pablo escribe: «Sin embargo, yo desearía que todos los hombres fueran como yo. No obstante, cada cual ha recibido de Dios su propio don, uno de esta manera y otro de aquella. A los solteros y a las viudas digo que es bueno para ellos si se quedan como yo». Pablo resalta las bendiciones que se hallan en la soltería, y, más tarde, demuestra que el matrimonio está lleno de problemas. Esto no significa, no obstante, que permanecer soltero asegure la ausencia de los mismos; pero el pecado se magnifica cuando dos personas se unen en matrimonio. Pablo también expresa con claridad que la soltería es un don de Dios. No todo el mundo posee la capacidad mental, emocional y física para vivir en dicho estado y servir a Dios.
Las personas persiguen la soltería por diversas razones. Algunas son legítimas, como el deseo de servir al Señor de un modo que se vería obstaculizado por el matrimonio, otros sencillamente han recibido el don de permanecer solteros de parte de Dios. Cualquiera que sea el caso, usted está llamado a seguir sirviendo al Señor de formas tangibles tanto en la iglesia como en su familia. Tal vez disponga de más tiempo para dedicarse a los distintos ministerios de la iglesia. O quizá pueda extenderse hacia otros, movidos por la compasión, porque comprenda lo que significa estar solo, y, a pesar de ello, estar casados con el Señor. Pero que la soltería sea un don no significa que deba usted dejar de buscar un cónyuge; el don de la soltería puede ser temporal.
Otros buscan la soltería por motivos egoístas: la estabilidad económica o a causa de un carácter extremadamente independiente que no les permite establecerse felizmente en el matrimonio, o decantarse por la soltería en el servicio del Señor. Otros procuran esta última, porque no han hallado aún a la pareja «perfecta». Ultimas noticias: ¡Jamás encontrará al cónyuge perfecto! ¿Busca un cónyuge bello, atractivo, tierno, detallista, etc.? ¿Ha puesto demasiado énfasis en la definición que la cultura hace de la belleza y lo que importa en la vida? Si esta es su actitud con respecto a la soltería, vuelva a evaluar sus valores morales ya sea para procurar la soltería o para buscar pareja.
La iglesia tiene una responsabilidad para con los solteros, sean jóvenes, mayores, o viudos y viudas. Este compromiso comienza en la forma de pensar sobre ellos; el criterio que tengamos al respecto determina nuestra manera de actuar hacia ellos. Fuimos creados a imagen de Dios y esto le proporciona a cada uno un valor infinito. El pueblo de Dios ha sido redimido por la sangre de Cristo que también atribuye a la persona una valía incalculable. Que el estado civil sea soltero o casado no eleva a un ser humano por encima de otro; ambos tienen un valor infinito. Los que están casados no deben actuar como si hubiera algo incorrecto en quien está soltero. Piense en las formas en que puede ministrar a los solteros que, a menudo, suelen estar solos y anhelan tener relación con otros. Nosotros, como iglesia, podemos invitarlos a nuestro hogar e integrarlos en nuestra familia. Podemos pedirles que sirvan en ámbitos particulares o cargos que aprovechen sus dones.
La iglesia debe reconocer que la soltería es un don de Dios para aquellos que son capaces de ejercitarlo. Solo se convierte en un problema cuando convertimos el matrimonio en la meta final de la existencia humana, en lugar de que nuestro objetivo máximo sea nuestra relación con Dios. El matrimonio o la soltería son menos importantes que el estar casados con Cristo, un lazo de amor sellado en la sangre de Cristo. ¿Es esta relación lo que le define a usted, amigo? Ya sea que procuremos el matrimonio o que reconozcamos el don de la soltería dentro de nosotros, necesitamos la gracia de Dios para vivir de la forma más plena posible para Su gloria.
Publicado en Reflexiones con permiso de Banner of Sovereign Grace Truth. Traducción de IBRNJ, todos los derechos reservados © 2013.