Motivos para ser una congregación piadosa (1 Pedro 3.9c-12)
La ética cristiana (amor santo) se puede describir como lo hace Pedro aquí (3.8-9a), y Pablo (Ro. 12:9-21), y David (Sal. 34:12-16, citado por Pedro): 1) guarda tu lengua del mal y tus labios de hablar engaño; 2) apártate del mal y haz el bien; 3) busca la paz y síguela. Esto explica lo que David define como «el temor del Señor» (cf. Sal. 34:11). La verdadera religión es el fundamento del amor de verdad. La adoración auténtica alimenta el amor. La salvación precede a la santificación. Uno no puede convertirse en cristiano por amar a las personas; ha de venir tal como es —a saber, una persona aborrecible (cf. Tit. 3:3)— a Cristo —como lo que es—, y Él cambiará ese corazón y su proceder. Nunca nos parecemos tanto al Señor como cuando amamos con misericordia a nuestros enemigos. Los motivos son tres:
1. DIOS NOS LLAMA A BENDECIR Y A SER BENDECIDOS (3:9c)
Mandamiento: con respeto hacia aquel que les hace mal o los insulta«bendiciendo».
Significa perdonar a quienes nos maltratan y, a cambio, hacerles el bien; no hablar mal de los enemigos, invocar la misericordia de Dios sobre ellos, presentarles el evangelio o usar palabras de bondad para ofrecerles la esperanza de salvación, procurar lo mejor para los demás (ES 1P).
¿Por qué? Porque no hemos sido llamados a devolver sus fechorías (Ro 12:19-20).
Asimismo, «porque fuisteis llamados con el propósito de heredar bendición». El término griego para «conocer» [aquí insinuado por la conjunción porque] recordar, traer de nuevo a la mente algo que está en nuestra memoria. «Fuisteis llamados» está en forma pasiva; Dios es quien nos llama. Los verbos para «llamados» y «heredar» están en plural se sobreentiende el pronombre correspondiente a la segunda persona del plural, y señala a la congregación cristiana, es decir, a los salvos.
Ponga todo esto junto y obtendrá lo siguiente: el trato misericordioso hacia aquellos que pequen contra usted obra a favor de su propia santificación y máxima bendición, dado que este es el destino que Dios ha señalado para todos los creyentes. Dios nos llama a que todos ejerzamos los medios de gracia, para que recibamos la Suya. Cuando nos negamos a pagar mal por mal y tratamos a las personas mucho mejor de lo que merecen, estamos viviendo aquí y ahora, como miembros del reino eterno de Dios. Nos mostramos como hijos de Dios que viven en medio de una generación torcida y perversa (cf. Fil. 2:15).
2. DIOS PROMETE A LOS SUYOS UNA VIDA DE VERDADERA BENDICIÓN EN EL PRESENTE (3:10-11)
Aquí cita el Salmo 34:12ss.; la «literatura de sabiduría» del AT, la filosofía judíaverdades obvias de la vida bajo el reinado soberano de Yahvé, el Dios de Israel.
En primer lugar, describe a un cierto tipo de persona: «el hombre que desea vida y quiere muchos días para ver el bien». Esta descripción se aplica a todos, de modo que se trata de algo para captar la atención e insinúa una promesa general. Siga el consejo dado y experimentará una vida bendecida en el más alto sentido del término. El significado queda muy claro en la versión GNB (Sal. 34:11-22; DHH es la más parecida en español):
Vengan, hijos míos, y escúchenme: voy a enseñarles a honrar al Señor. ¿Quieres vivir mucho tiempo? ¿Quieres gozar de la vida? Pues refrena tu lengua de hablar mal, y nunca digan mentiras tus labios. Aléjate de la maldad, y haz lo bueno; busca la paz, y síguela. El Señor cuida de los hombres honrados y presta oído a sus clamores. El Señor está en contra de los malhechores, para borrar de la tierra su recuerdo. El Señor atiende al clamor del hombre honrado, y lo libra de todas sus angustias. El Señor está cerca, para salvar a los que tienen el corazón hecho pedazos y han perdido la esperanza. El hombre honrado pasa por muchos males, pero el Señor lo libra de todos ellos. Él le protege todos los huesos; ni uno solo le romperán. A los malvados los mata su propia maldad; los que odian al hombre honrado serán castigados. Pero el Señor salva la vida a sus siervos; ¡no serán castigados los que en él confían!
Dios no te promete «la mejor vida ahora» (la vida después de la muerte es superior), pero si le temes, entonces sí te promete una buena vida en el presente, aunque pueda haber sufrimiento, enfermedad, pobreza, persecución y una muerte precoz. ¿Cómo puede ser esto una buena vida? Dios te observará con especial amor. Escuchará tus oraciones con favor. Finalmente, hasta te salvará de todos tus problemas. Estará cerca de ti. Aunque tal vez sufras, Él te protegerá del máximo daño. Jamás te castigará por tus pecados. ¡Nada de esto es verdad para los impíos!
Sin embargo, debemos confiar en Él en todo esto. Los inconversos no pueden vivir como cristianos sin tener la fe de estos, y usted tampoco. Por fe se debe poner la otra mejilla, soportar el dolor ahora, y SE PUEDE, porque sabemos que Dios es verdad, y que este es el camino para que NOSOTROS MISMOS seamos bendecidos de una manera cierta y de lo más extraordinaria, AHORA, en esta vida. Tenemos la Palabra de Dios al respecto.
3. DIOS ESTÁ A FAVOR DE LOS JUSTOS Y EN CONTRA DE LOS MALVADOS (3:12)
Esto es lo que hace que la vida del justo sea verdaderamente bendecida AHORA, cualesquiera que sean sus miserias temporales, y también la razón de la vida realmente maldita del malvado, AHORA, cualesquiera que sean sus placeres temporales.
Dios es justo y aborrece el pecado; por tanto, está A FAVOR de los justos (es decir, los verdaderos creyentes cristianos) y EN CONTRA de los malvados (es decir, todos los demás). Esta realidad se describe al estilo claro y hermoso de la poesía hebrea, haciendo mención de los OJOS, los OÍDOS y el ROSTRO del Señor, algo totalmente antropomórfico.
A FAVOR DE LOS JUSTOS: 1) Sus OJOS están sobre (o dirigidos hacia) los justos. Esto significa que les presta atención con el fin de cuidarlos. 2) Sus OÍDOS están abiertos a sus oraciones (contexto: claman a él pidiendo ayuda cuando están en aflicción). Aunque no lo parezca, ¡los justos tienen a Dios de su parte!
CONTRA LOS MALVADOS: 3) El rostro del Señor está contra los que hacen mal, para cortar de la tierra su memoria». TLA [versión: traducción en lenguaje actual]: «Pero a los que hacen lo malo les vuelve la espalda y borra de este mundo su recuerdo». El mundo destruye esta distinción y piensa que Dios no está en contra de nadie; pero se engañan grandemente. Dios «vuelve su rostro» (modismo hebreo que describe su faz airada y su intención de perjudicar) a quienes practican la maldad (Lv. 26:17; Jer. 44:11; Ez. 14:7-8; cf. Sal. 7:11-13).
Estas verdades gemelas de bendición para los justos y maldición para los malvados son grandes motivaciones. Si, mediante una conducta como la de Cristo demostramos ser verdaderos cristianos, entonces heredaremos la bendición. Esto no es una negación de la gracia, sino el reconocimiento de la gracia y la justicia de Dios (Jn. 5:28-29).
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