¿Cómo puedo confiar en Dios cuando no soy capaz de entenderle?
Lectura sugerida: Job 11:7-12
Imagine a una niña de tres años que mira con ojos ávidos un envase de bolitas venenosas para las ratas. Su padre le dijo que no las tocara porque son malas. «Te harán daño», le advirtió. ¿Debería confiar en su padre? No lo entiende y, para ella, aquello que le está diciendo no tiene sentido. Piensa que cualquiera se daría cuenta de que esas bolitas son caramelos, ¡y estos son buenos!
Comprendemos que debería confiar en su padre. Él sabe mucho más que ella que solo tiene tres años. Sus experiencias en la vida son muy limitadas. La instrucción que él le dio es correcta, aunque ella no pueda entenderla.
Al igual que esta niña de tres años con su padre, nosotros tampoco podemos entender a Dios. Él nos creó a nosotros, así como a todas las cosas. Sabe infinitamente más que nosotros. Discierne lo que nos beneficia y también lo que nos perjudicaría. Lo que parece un «caramelo» puede ser, en realidad, «veneno».
En la lectura indicada más arriba, Job no podía entender a Dios ni por qué ocurrieron tantas cosas terribles, de repente, en su vida. Sus tres amigos tampoco comprendían, aunque ellos creían que sí. Nadie estaba al tanto del permiso obtenido por Satanás para poner a prueba la fe de Job en aquel momento. Sin embargo, más adelante percibimos que su fe y la gracia de Dios brillan con mayor fuerza a través de esta experiencia. Muchos han comprobado esta misma verdad por medio de diversas pruebas en sus vidas.
Si pudiéramos discernir plenamente los pensamientos de Dios, ¡seríamos iguales a Él! Pero sabemos que Él es infinito, sin límites en Su sabiduría y Su fuerza, muy por encima y más allá de nuestra comprensión finita y limitada. «Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, declara el Señor. Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos» (Isaías 55:8-9).
¡Confía y obedece! Jamás lamentarás seguir al Señor y Su Palabra.
Piensa en un personaje de la Biblia como Abraham o José o Daniel, o cualquier otro que demostrara una fe firme en Dios. ¿Experimentaron tiempos en los que no podían entender a Dios o les pareció que Él dirigía las cosas de maneras confusas y difíciles para ellos? ¿Cómo puede conseguir un trasfondo oscuro de pruebas y aflicciones que la joya de la fe y la confianza brillen con mayor fulgor?
James W. Beeke es anciano en la B. C. Heritage Reformed Congregation de Chiliwack y asesor educacional internacional.
Publicado en Reflexiones con permiso de Banner of Sovereign Grace Truth. Traducción de IBRNJ, todos los derechos reservados © 2013.