La ignorancia irreflexiva
“Entonces vino Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después” (Juan 13:6-7).
Adviértase la ignorancia irreflexiva del apóstol Pedro. En un momento lo vemos negándose a que su Maestro desempeñe una tarea tan servil: “Señor, ¿tú me lavas los pies?”; “No me lavarás los pies jamás”. Luego lo vemos precipitarse al extremo contrario: “Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza”. Pero en ningún momento vemos que entienda el verdadero significado de lo que está observando. Ve pero no entiende.
La conducta de Pedro nos muestra que un hombre puede tener mucha fe y mucho amor y, no obstante, sufrir una lamentable carencia de conocimiento claro. No debemos equiparar la necedad y la falta de criterio religioso con la impiedad y la ausencia de gracia. A menudo el corazón puede estar completamente en lo cierto y la mente completamente equivocada. No debe sorprendernos el hecho de que la Caída afectara tanto a los sentimientos como al entendimiento de los hijos de Adán. Es una lección humillante, y solo una larga experiencia permite aprenderla. Pero cuanto más tiempo vivamos más podremos comprobar que, igual que Pedro, un creyente puede cometer muchas equivocaciones y carecer de discernimiento y, no obstante, como él, tener un corazón recto a los ojos de Dios e ir finalmente al Cielo.
Hasta en un estado óptimo, muchas veces nos costará trabajo entender el trato que nos dispensa Cristo en nuestra vida. A menudo, el “por qué” y el “para qué” de su providencia nos confundirán tanto como el lavamiento confundió a Pedro. A menudo podremos ver la sabiduría, la conveniencia y la necesidad de muchas cosas. Pero en esos momentos debemos recordar las palabras de nuestro Maestro y apoyarnos en ellas: “Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después”. No fue hasta mucho tiempo después de la partida de Cristo cuando Pedro entendió el significado pleno de aquella memorable noche anterior a la crucifixión. De la misma forma, habrá un día en que se nos explicarán las páginas más ininteligibles de nuestra vida y, en presencia de Cristo en la gloria, lo entenderemos todo.
Extracto de Meditaciones sobre los evangelios por J.C. Ryle. Derechos Reservados. Usado con permiso, cortesía de Editorial Peregrino.
Recomendamos la excelente serie Meditaciones sobre los evangelios por J.C. Ryle.
Para leer otros artículos, haga clic.